Como ya parece ser tradición desde hace cinco años, decenas de melillenses se han acercado esta tarde a la iglesia del Sagrado Corazón para que sus mascotas recibieran su bendición por San Antón, patrón de los animales.
Perros, gatos y hasta conejos pasaron por las puertas de la parroquia para que el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, los bendijera como cada 17 de enero, el día de San Antón.
Las puertas del Sagrado Corazón se abrieron a las 18 horas para recibir a aquellos melillenses que quisieran bendecir a sus mascotas. Asegura el vicario episcopal que desde antes de la hora, ya había unas quince personas haciendo cola.
La afluencia de personas en esta fecha tan selañada era evidentemente más alta que en años anteriores. Durante la hora y media en la que los animales podían ser bendecidos, no pararon de llegar personas de distintas direcciones con sus mejores amigos, como Tito, un perrito que tenía el ojo malo y su dueña esperaba que se le curara; o Lola, una inquieta gatita de dos meses; también estaban Vulma e Isis, dos gatas siamesas (madre e hija) abrigadas con simpáticos jerseys a juego. Todos, sin excepción, recibieron la bendición de San Antonio Abad.
San Antón vivio toda su vida solo, simplemente acompañado por diversos animales. Tuvo una larga vida, muriendo un 17 de enerocon 105 años. Desde entonces la tradición fue tomando forma hasta llegar a nuestros días. Una efeméride que, más allá de la religión, es muy señalada para todos los amantes de los animales. En el resto de España, cientos y cientos de mascotas también fueron bendecidos.
El trabajo del vicario es extenuante.