MELILLA Y CEUTA abordaron ayer los problemas que les son comunes, que les preocupan y que inciden en su presente y futuro próximo.
Tanto el presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, como su homólogo ceutí, Juan Vivas, tienen claro que hay que abordar los problemas existentes con contundencia, llamando a las cosas por su nombre y, sobre todo, sin complejos ante Marruecos.
En Ceuta se tiene clara la postura y en Melilla es necesario que los tres partidos que componen el Ejecutivo compartan el mismo análisis de problema. Sin presentar una unión de los partidos en el poder, difícilmente se va a conseguir que las dos ciudades vayan de la mano para hacer ese frente común necesario ante el Gobierno central, forzándole a atender como se merece la situación surgida en este lado de España.
No estamos para perder tiempo, ni para peleas que no deriven en un punto de consenso entre todos, puesto que la situación es tan tensa que de no afrontar medidas con la mayor rapidez necesaria, las consecuencias serán peores.
Las ideas están claras, pero la unión debe conseguirse para que dos puntos que tienen los mismos problemas y las mismas necesidades vayan de la mano al objeto de conseguir la atención buscada.
La ayuda que, por cierto, aportó ayer el presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado, instándole en su encuentro con Pedro Sánchez a que se acuerde de las dos ciudades hermanas.
Degenses de milongas y aúnan sus esfuerzos al margen de sus ideologías y defiendan las ciudades que representan, de los desmanes de Marruecos, y conviertasen en una piedra en el zapato con la desidia de nuestro gobierno central, ante la situación de asfixia que están viviendo las ciudades que representan, Españolas y Europeas.
Y llamando a las cosas por su nombre, pues como bien sabéis, el vecino aprovecha la debilidad del gobierno que tenemos y los frentes que tiene abierto y repasen la atención sanitaria que se les dan a los vecinos, como la escolarización, como el trabajo, etc., por ser una actitud de buena vencida, que ellos no lo tienen en cuenta ni valoran, con la actitud que ellos tienen hacia estas dos ciudades vecinas