Porque es un mes de montaña, con subidas, repechos y alguna que otra caída o despeñamiento. Enero, además de recordar con nostalgia unas Navidades recientes que aspiran ya a las venideras, aveza a un nuevo curso que se antoja con cierto vértigo.
Cuestas por la penosa rutina que aún teniendo sus ventajas, encapota esta época que meteoro determinó preñado de inclemencias añadiéndolas a su corta luz. Cuestas por el estiramiento del pecunia propio tras el exceso, cuando no desbordamiento, navideño; ante, igualmente, la escalada sin respiro de los precios en algunos de los consumibles básicos y de otros que no lo son tanto. Empinadas rampas que no dejan apenas aliento para seguir viendo como la utilización de los sentimientos y situacion de los afectados por la gota fría o DANA por parte de algún o algunos líderes políticos para arropar la ineptitud e irresponsabilidad que fue y que sigue viva. Para continuar sabiendo que las normas y la Justicia no son iguales para todos.
Que las reglas y los Antonio Ramsssprocedimientos judiciales siguen en tantos casos (y distribuidos por la geografía) con su dependencia de amistades, afinidades, el oportuno interés político o de otra calaña de turno. Normas del deporte, en este caso, ilustrando decisiones sujetas a la acción de la política y más allá del impulso de esta a favor de la limpieza y ejercicio del deporte profesional o amateur. Pábulo se le ha dado a un orco presidencial para ofrecer todo un espectáculo avergonzante y de zafio ejemplo.
Cansino, por agitador, trepar casi hasta intentar digerir y fracasar, claro, que un payaso tirano y corrupto siga imponiendo su dogma y embistiendo al pueblo venezolano. Lastimoso, también, que haya quienes se empeñen en hacer política domestica de ello en su país, con tal y sospechosamente única intención de abroncar al contrario lejos de un fin noble, como es el apoyo a una democracia y su gente que sufren.
Las celebraciones de la muerte de un dictador, preumiblemente, demostrarán también que lo que se hace en exceso, quizás, puede hacer perder esencia, una esencia buena.
Hay en el acervo marinero la presencia de las "calmas de enero", serán más cortas y menos frecuentes. En todo caso veremos, como Sisifo en su mito, que la piedra de tanta discordia y bronca de rutina a volverán a caer para retornar la subida y así, penosamente se continuo. Cuestas, no solo de enero.