El proyecto queda cancelado por el momento, aunque la Autoridad Portuaria local “no tira la toalla” y busca nuevas fórmulas para hacer realidad esta autopista marítima.
La Unión Europea (UE) ha decidido no apoyar el proyecto de autopista marítima entre el Puerto de Melilla y la localidad francesa de Sète. El presidente del enclave local, Arturo Esteban, anunció ayer a los medios de comunicación que Bruselas ha expresado su negativa a subvencionar este proyecto, por lo cual su puesta en marcha se cancela. No obstante, Esteban aseguró que desde la Autoridad Portuaria “no tiran la toalla” y aspiran a que esta ruta vea luz verde en el futuro.
En declaraciones realizas a los medios de comunicación, Esteban y el director del ente portuario, José Luis Almazán, explicaron las razones por las cuales la UE ha dicho ‘no’ a esta iniciativa. La principal razón es que Bruselas tiene como criterio apoyar económicamente sólo a aquellas líneas de nueva creación y en el caso de la propuesta realizada desde Melilla, ya existe una muy similar, la que une Sète con la vecina ciudad marroquí de Nador.
Esteban dejó claro que no está de acuerdo con esta decisión y que así se lo trasmitirá a la ministra de Fomento, Ana Pastor, para que defienda este proyecto en el seno de la UE. “Dicen que la línea que hay con Nador cubre el mismo objetivo que la que proponemos nosotros. No comparto dicho punto de vista, creo que Bruselas debería apoyar a las rutas establecidas entre países europeos. En el caso del puerto marroquí, nuestro desarrollo no puede estar ligado únicamente al suyo. Somos dos realidades que convergen en algunos puntos, pero a fin de cuentas distintas”, defendió.
Asimismo, reconoció que la suya era una visión “personal, subjetiva y parcial” y que lo que demandaba era “igualdad de condiciones” para el enclave de la ciudad autónoma. “No me ha gustado la decisión de Bruselas. Seguiremos luchando para ganar nuestro futuro”, añadió. Por otro lado, el presidente del ente portuario negó tajantemente que la negativa de Europa se deba a gestiones realizadas desde Rabat. “No van por ahí los tiros”, aseguró.
Por su parte, Almazán explicó que el importe anual de la subvención negada por la UE ascendía a unos 500.000 euros , los necesarios para poner en marcha la empresa con garantías de éxito durante sus primeros años de vida. “Cumplimos todos los puntos exigidos para la concesión de esta ayuda: Carga mínima, trasvase de mercancías, número de rotaciones y similares. Ha fallado el asunto de que no sea una línea completamente nueva”, señaló el director de la Autoridad Portuaria local.
A esto, Esteban añadió que otro “problema” es que los navíos que iban a cubrir esta ruta “subirían” hacia el país galo cargados de mercancías, mientras que a su regreso a la ciudad autónoma vendrían vacíos.
“Es una apuesta arriesgada para el empresario que quisiera aventurarse con este proyecto. La subvención suponía un seguro sin el cual no se puede poner en marcha esta ruta”, resaltó.
Además, el presidente del ente portuario admitió que, con la actual crisis económica, “la UE no está para dar muchas subvenciones”. Esteban insistió en que “no tiran la toalla, ni de lejos” para que esta autopistas marítima comience a funcionar algún día, aunque señaló que la coyuntura financiera pone las cosas más difíciles.
“La crisis nos obliga a hacer un esfuerzo extra. No nos vamos a rendir, tendremos que buscar una fórmula para compaginar que la línea sea rentable desde el primer momento. Ahora mismo, no tenemos límite de tiempo para pensar cómo salir de este infortunio”, concluyó.
La subvención era de unos 500.000 euros al año.
La intención era que esta ruta entre Melilla y Sète, con escala en Cartagena, pudiera transportar un máximo de 10.000 metros lineales de carga, 70.000 pasajeros y 10.000 vehículos en cada una de las dos rotaciones semanales que se preveían, lo cual significaría captar el 4% del mercado en el que se estimaba que era competitiva la línea. Para cubrir la ruta de manera óptima, en unas 40 horas aproximadamente, harían falta embarcaciones que navegasen a un mínimo de 25 nudos.
El principal fuerte de esta autopista marítima era el transporte de mercancías, ya que la nueva ruta agilizaría su entrada y salida desde el sur de Europa y el norte de África. El resultado sería la descongestión de las conexiones viarias habituales para estos tránsitos, como es el paso de los Pirineos, lo que también conllevaría la consecuente disminución del impacto socioeconómico y ambiental generado por el intenso tráfico rodado, así como un cuantioso ahorro de tiempo.
Las ayudas económicas solicitadas para el funcionamiento de esta nueva autopista marítima y que la UE ha denegado son las pertenecientes al programa Marco Polo II, así como subvenciones del TENT-E, que iban a estar destinadas al desarrollo de infraestructuras.
Pese a la mala noticia, desde la Autoridad Portuaria melillense prometen seguir luchando para sacar adelante este proyecto. Además de las razones dadas por Bruselas para denegar la subvención, la opinión de Esteban es que la UE “no está para dar subvenciones” a causa de la crisis. Por ello, abogó por buscar nuevas fórmulas. Asimismo, adelantó que hablará con la ministra de Fomento, Ana Pastor, para comunicarle su desacuerdo con la decisión de Bruselas, cuya negativa a conceder la subvención se ha fundamentado, principalmente, en que ya existe una ruta similar, en concreto entre Sète y la vecina Nador.
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