El Lunes Santo comenzó bastante tenso. Desde primeras horas de la madrugada la lluvia hizo presagiar lo peor.
Afortunadamente, pasadas las seis de la tarde no cayó ni una gota más, por lo que la mirada de los cofrades bajó a la tierra, pero no tanto, lo justo para detenerse en la serena mirada de Nuestro Padre Jesús ante Pilatos ‘La Sentencia’.
Anoche la Cofradía del Nazareno volvió a demostrar la buena decisión que tomó allá por el año 2009 de convertir el trono de la Sentencia en un paso de cargadores. Largas y bien llevadas chicotás provocaron el aplauso complicado de conseguir en Melilla y el aliento de los fieles que habían convocados en las calles.
A las 20:30 horas, con absoluta puntualidad británica, el primer paso de misterio de Melilla salió desde la Plaza de Toros de la ciudad bajo los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía del Nazareno.
Cargadores
La cuadrilla que hizo al Cristo de la Sentencia bendecir de humildad las calles melillenses estaba formada por más de 40 cargadores. Éstos realizaron algunos relevos o cambios durante el recorrido, aunque no pudieron realizar varios turnos, como debería. Aun así, la Sentencia fue con un paso magnífico y alabado entre el público que lo veía procesionar.
En el paso de misterio de la Sentencia los hombres cargan con los hombres, sin costal. Por esto se llaman cargadores. Es una forma de procesionar de estilo jiennense, pero no son costaleros. Aunque pronto, como explicó el jefe de cuadrilla, Cristian Ramos, a El Faro, serán auténticos costaleros y dejarán de cargar con los hombros.
Ponerse el fajín
Uno de los momentos más especiales y de nervios en la hermandad fue a la hora de ponerse el fajín unos a otros, porque no es tan fácil y tiene su técnica y su sentido. El fajín es el encargado de proteger la espalda, abdomen y cintura de los cargadores mientras llevan el paso de misterio encima. Unos minutos antes de la salida, se reuniron todos ante el Cristo, la hermana mayor, Paqui Muñoz, y todos los nazarenos para orar, rezar y desearse suerte en esta estación de penitencia.
Saeta en Tribuna
En el transcurso de la procesión de este primer paso de la cofradía decana de la ciudad el Cristo recibió el calor de los fieles. Cuando pasó por Tribuna, después del acto religioso comandado por el vicario episcopal, Roberto Rojo, sonó la interpretación de una saeta de una señora de avanzada edad.
La Semana Santa melillense, tradición que no entiende de edades ni de sexos
Apenas con unos pocos años de edad los niños y niñas melillenses ya comienzan a salir en procesión. Lo están demostrando cada día por las calles de la ciudad bien formando parte del cortejo bien detrás del capirote, admirando la Semana Santa. Así se siente la Pasión en Melilla.
Desde señoras que lanzan rezos, besos y alabanzas al aire para que lleguen hasta el Cristo de la Sentencia, como ocurrió anoche durante la procesión de este paso de misterio de la Cofradía del Nazareno y como muestra la fotografía que abre esta página, hasta estos pequeños de cinco y seis años que van delante con la guardería son los protagonistas de la Semana Santa.
Mujeres cofrades
Pero es que, además, la Pasión en Melilla, aparte de no entender de edades, no entiende de sexos. La mujer va ganando el papel igualitario en el seno de las cofradías melillenses . Hay mujeres portadoras, cornetistas, percusionistas, nazarenas o mantillas. El abanico de posibilidades va creciendo, aunque quede recorrido por conseguir en el camino. Anoche se pudo comprobar también en esta cofradía que, para más inri, tiene al frente a una hermana mayor, en la persona de Francisca Muñoz.
Único cortejo
Fue el único cortejo procesional que hubo en la noche del Lunes Santo. El frío apretaba y calaba, pero los melillenses salieron a la calle para arropar a esta hermandad del Pueblo que cada año sorprende a su localidad.
El paso del Cristo de la Sentencia, con esa mecida cariñosa que le fue brindando su cuadrilla de cargadores, puso mucho más fácil que esta imagen cale entre fieles y público, en general, y Melilla, más contenta de que se procesione, también así, por sus calles.
Un trabajo poco reconocido, pero tan necesario
La Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía del Nazareno fue la guinda de la noche. Con un amplio repertorio de marchas de procesión, la agrupación supuso el mejor acompañamiento musical con el que pudo contar el Cristo de la Sentencia para su forma de procesionar. Cada mecida, cada chicotá medida y ensayada al milímetro encajaba perfectamente. El trabajo de la cuadrilla se palpa en la calle y la gente empieza a valorarlo, el de la banda menos. Anoche la banda de cornetas de esta cofradía dejó momentos estelares para el recuerdo, como la chicotá realizada por Sidi Abdelkader, antes de entrar en Carrera Oficial.
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