El cementerio de La Purísima estrena una sala de autopsias que costó 278.000 euros

El Cementerio Cristiano Municipal de Melilla, conocido como La Purísima, ha estrenado este jueves una sala de autopsias cuyo costo rozó los 278.000 euros.

Según han detallado desde la consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad, el proyecto ha consistido en la reparación, la rehabilitación y la mejora de la sala de autopsias de la necrópolis, así como del área administrativa, los aseos públicos y el vestuario del personal.

Precisamente el área de la sala de autopsias abarca una superficie de 57,46 metros cuadrados, que ocupan los especialistas del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, las cámaras frigoríficas y los vestuarios.

Dentro de las actuaciones llevadas a cabo en esta sala, ubicada en la zona este del cementerio, destaca la construcción de una rampa en el acceso a la dependencia por la que introducir la camilla con el cadáver.

También se han dispuesto puertas de entrada a la sala con cierre automático, y se ha instalado un elevador hidráulico de acero inoxidable, para el traslado de cadáveres entre la cámara frigorífica y la mesa de autopsia, también nueva.

Asimismo, se han renovado los sistemas de iluminación, ventilación, señalización, calefacción, protección contra incendios y gestión de residuos, al igual que las redes sanitaria, eléctrica, de telecomunicaciones y de agua caliente.

Además, se han reformado el mobiliario, los suelos y los paramentos, en correspondencia con las regulaciones vigentes, y se ha procedido a reforzar e impermeabilizar estructuras y cubiertas, sin perder de vista parámetros relacionados con el control de la calidad, la seguridad y la salud.

Lo solicitado por Justicia

Las anteriores modificaciones comprenden un grupo de necesidades demandadas por el Ministerio de Justicia.

Aquí, sobresale la renovación del sistema de seguridad general de la sala, así como sus condiciones de estructura y de disposición.

Asimismo, ha sido requerido el cumplimiento del Decreto 2263/1974, de 20 de julio, por el que se aprueba el reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria, cuyo artículo 52 explicita cómo los cementerios deben "mantenerse en las mejores condiciones posibles y en buen estado de conservación".

Las obras han debido atender igualmente al Real Decreto 2230/82, de 18 de junio, sobre autopsias clínicas, que en su artículo segundo recoge detalladamente las condiciones que deben reunir los locales para la realización de estudios autópsicos clínicos.

Un amplio programa de mejoras

El proyecto de reforma del inmueble, cuya titularidad tiene la Ciudad Autónoma de Melilla, se ha ejecutado finalmente en siete meses y y ha abarcado un área de 200 metros.

Hay que recordar que se procedió a renovar el interior del Cementerio Cristiano, a la vez que la propia consejería, a cargo de Hassan Mohatar, culminó las obras de ordenación de la Plaza de los Cementerios con el fin de crear zonas de estancia para los usuarios, con bancos, árboles, aparcamientos y principalmente accesos para personas con movilidad reducida a los cementerios Cristiano y Antiguo Hebreo-Israelita.

En la necrópolis cristiana las obras se han centrado en la Galería San Francisco de Asís, que se encontraba en "mal estado de conservación" por ser una edificación antigua y por "la falta de reformas recientes", según resume el informe elaborado por las autoridades locales.

De esta forma, la iniciativa no solo ha buscado mejorar la funcionalidad y el equipamiento del centro, sino adaptarse a las nuevas normativas y responder a las peticiones laborales.

Nacido de la improvisación

El Cementerio Cristiano se sitúa en la barriada del Carmen, nacida como tantos otros de los barrios históricos de Melilla, de la improvisación de cuevas y de chabolas o barracas.

Cuando es reconocido oficialmente en 1897 lo que puede entenderse hoy como el sector oriental del barrio, situado en la margen derecha de la calle Castelar, se producen transformaciones que consistieron en añadidos de mampostería y que dieron lugar a las primeras viviendas, más o menos habitables, con rasgos andaluces.

En 1903, la barriada se amplía hacia el oeste, con una disposición en manzanas, de trazado más regular y perfectamente alineado. A partir de 1909 y, con mayor intensidad en la década del 20, las edificaciones empiezan a ganar pisos.

Actualmente, los sectores situados más al sur han quedado englobados dentro del centro comercial y administrativo de la ciudad, en donde las calles son amplias y también regulares, como las manzanas.