La Plaza de las Culturas acogió ayer la tradicional Zambomba de la Escuela de Flamenco con la que la Navidad se viste de faralaes. El buen tiempo acompañaba y beso hizo que centenas de personas se acercasen hasta la Plaza de las Culturas para disfrutar de esta actuación, así como de los puestos navideños instalados en esta emblemática zona de la ciudad.
Y es que la Zambomba es toda una institución en Melilla y la época navideña no se concibe sin ella. Cuatro meses de ensayo han sido necesarios para llegar hasta aquí. Detrás muchas horas de entrenamiento y sacrificio, aunque al final la recompensa es una puesta en escena repleta de buen hacer. El Ballet Colores, con su directora Merche Hurtado a la cabeza, Kiko Acedo, así como la Pastoral de San Francisco Javier no quisieron perder la oportunidad de colaborar en este evento.
La Zambomba Flamenca de Melilla es una celebración que rescata las raíces de las antiguas fiestas navideñas. Este evento tradicional reúne a familias, jóvenes, mayores y niños en torno a una gran candela, donde la música flamenca, los villancicos y la alegría compartida se convierten en los protagonistas. El programa de la noche contó con actuaciones especiales que deleitaron a los asistentes.
Entre los artistas invitados se encontraban el reconocido cantaor flamenco Kiko Acedo y la compañía Ballet Colores de Melilla.
Además, participaron la Escuela de Flamenco y el coro de la parroquia de San Francisco Javier, que aportaron su talento a una velada única. La música estuvo marcada por un repertorio de villancicos tradicionales y populares, interpretados en estilos como bulerías, campanilleros, rumbas y tanguillos de Cádiz.
Canciones tradicionales como La marimorena y Los peces en el río se mezclaron con algunas novedades preparadas para la edición. Música que todos conocemos y que animó una noche repleta de magia.