Daniel Conesa es uno de los miembros del Gobierno local que cuenta con una amplia trayectoria. Ha sido nombrado consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, después de una legislatura al frente del área de Economía. La creación de la Consejería de Economía y Empleo y la unión de Hacienda y Administraciones Públicas es una de las novedades en este mandato. Sin embargo, no es la primera vez que Conesa tiene la responsabilidad de hacer frente a algún tipo de novedad en la estructura organizativa de la Ciudad. Se enfrenta a su nueva etapa con varios objetivos, como la modernización de la Administración o posibles cambios en el modelo de recaudación. En cuanto a la situación económica de Melilla, se muestra convencido de que la mejora en el conjunto del país va a tener su reflejo en la ciudad autónoma en poco tiempo.
–Es una de las caras conocidas del Gobierno local y ahora ocupa el cargo de consejero de Hacienda y Administraciones Públicas. Ha habido cambios organizativos en las áreas que antes dirigía y ha habido uniones y separaciones de departamentos. ¿Cómo afronta esta nueva etapa?
–A lo primero que nos enfrentamos es a reorganizar, a alguien le puede parecer que no tiene ninguna complicación, porque se trata de áreas que se unen y ya está, pero no. La unificación de áreas conlleva tener que realizar todas las estructuras de la Consejería. Teniendo en cuenta los retrasos que hemos vivido, por los motivos que ya conocemos como los contenciosos electorales, la necesidad de hacer pactos de gobierno entre partidos al no haber mayoría absoluta... En pleno mes de agosto estamos culminando las cuestiones meramente organizativas de la Consejería.
Sobre todo, con el horizonte una vez pasado el mes de agosto de afrontar cosas importantes, no solamente en el tema de la Hacienda y Presupuestos, que ahí cada vez que se va a hacer un presupuesto para el año siguiente es una novedad, pero tenemos por delante un horizonte importantísimo en el tema de seguir modernizando la Administración Pública, que es una de las facetas de esta nueva Consejería. Hay una persona muy competente para ello que es la viceconsejera de Administraciones Públicas, María de los Ángeles Gras, que va a contar con una delegación amplia de funciones, de manera que aunque trabajaremos juntos, ella va a tener mucho más protagonismo que yo quizás en lo que es el día a día de las Administraciones Públicas.
En la legislatura anterior se hizo una importantísima labor de modernización de la Administración Pública, sobre todo en lo que se refiere a la atención al ciudadano, facilitándole los medios, abriendo oficinas de atención al público, mejorando la calidad de los servicios a través de una serie de cartas de servicios, donde se establecen las reglas de juego a la hora de prestar un servicio al ciudadano. Eso, en contacto directo con la Dirección General de Sistemas de la Información, que está en la Consejería de Presidencia. Hoy, hablar de modernización de la Administración Pública sin tener en cuenta las tecnologías de la información y la comunicación no tiene sentido. Va necesariamente encaminada a aprovechar los recursos que las tecnologías nos brindan, que son enormes y cada vez mayores, y se trata de llegar en todos los ámbitos de la Ciudad a que el ciudadano, desde su casa, pueda hacer el mayor número de cosas posibles cada vez. Pagar, gestionar, solicitar documentos, presentar instancias… Todo lo que se nos pueda ocurrir hoy día, se puede hacer. La modernización de la Administración es uno de los objetivos.
–¿Ese es uno de los mayores retos a los que se enfrenta el área?
–Hay muchísimo camino andado en los últimos cuatro años. Desde aquí quiero hacer un reconocimiento a mi compañera Katty Muriel, que ya se sabe que por decisión personal ha abandonado la política, pero hay que seguir avanzando porque esto no para, no acaba nunca. Debemos ir a conseguir el objetivo, primero, que los servicios que se prestan al ciudadano tengan la máxima calidad posible y que esa calidad cuando se trata de atención presencial, que sea adecuada y en el menor tiempo posible.
–¿Con qué retos se encuentra en el campo de la función pública?
–Tenemos importantes retos que asumir, porque venimos de un escenario en el que ha habido fuertes restricciones para la oferta pública de empleo por el tema de la crisis. En la medida que esas restricciones, que parece que el año que viene van a ser menores, se vayan suavizando y eliminando, tenemos que ir dotando a la Administración Pública de los recursos humanos que en estos años no hemos podido tener. Existen determinadas carencias importantes, fundamentalmente en puestos de técnicos y no podemos olvidar nunca el cuerpo de Policía Local y Bomberos. Hay que trabajar en este ámbito en los próximos cuatro años, en revisar la situación de la estructura actual de personal para darle a los puestos de trabajo, si es preciso, la valoración que corresponda. Es un tema que se hará a través del proceso negociador con los sindicatos, como no puede ser de otra manera. Las restricciones para la contratación de personal a nivel presupuestario ha sido muy grande y tenemos que avanzar en la medida de lo posible en esta legislatura en ese camino. En este sentido, hay trabajo de sobra.
–¿Cuáles cree que son las cuestiones que requieren actuaciones más inmediatas?
–El área es muy amplia. Si nos centramos en Hacienda hay un tema importantísimo en los próximos meses que se refiere al tema de la recaudación, que es el final del contrato con la actual empresa que colabora con la recaudación de la Ciudad, que cumple los diez años el año que viene. Por lo tanto, una de las primeras tareas desde el área de Hacienda y Presupuestos es que tenemos que determinar cuál va a ser el próximo modelo de recaudación, cómo vamos a gestionar la recaudación de los tributos de los melillenses y si se opta por un modelo en el que se requiera los servicios de una empresa privada, hay que elaborar el pliego, sacarlo a concurso… Todo eso prácticamente de manera inmediata, porque estamos a un año escaso de la finalización del contrato de la actual empresa.
–¿Se contempla entonces que la recaudación de tributos se haga desde la propia Ciudad?
–Se puede hacer, es un debate en el que quiero implicar a todos los grupos políticos porque esto ha sido objeto de un debate, muchas veces estéril, en la pasada legislatura. El área de recaudación, desde la llegada del actual director general, ha dado un vuelco radical. Ha mejorado sustancialmente, pero tenemos ese reto de que acaba un contrato y que hay que adoptar un modelo. ¿El modelo público es posible? Sí. Si me pregunta mi opinión, le digo que no le saldría más rentable a la Ciudad, porque la Ciudad no tiene los recursos humanos para hacer frente a una gestión integral de la recaudación. Porque en estos años atrás, desde tiempo inmemorial con distintos gobiernos, el modelo de gestión de la recaudación ha sido a través de la colaboración con empresas privadas. A la Ciudad podría serle mucho menos rentable hacerlo, entre otras cosas porque tendría que ver de donde saca los recursos humanos para ello.
Es un tema lo suficientemente importante. Ha generado muchas controversias, para que todos se impliquen, cada uno aporte su opinión y entre todos determinemos cual es el modelo más rentable para la Ciudad. Cuando hablo de rentabilidad estoy pensando en cuál es el modelo que le cuesta menos dinero, pero cuál es el modelo que puede hacer que la gestión de los tributos sea todavía mejor.
–¿En qué pueden beneficiar los cambios en las consejerías de Economía y Empleo, y Hacienda y Administraciones Públicas?
–El estar en una estructura siempre tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La Economía y la Hacienda es evidente que tienen mucho que ver, si la Economía va bien, la Hacienda irá mejor. ¿El que estén juntos es mejor? Como digo, tiene sus ventajas y tiene sus inconvenientes. La idea del presidente ha sido hacer que a los que nos ha correspondido cada una de las responsabilidades nos dediquemos de manera más concreta a ellas. Quizás si te dedicas mucho tiempo a gestionar la Hacienda o presupuestos tienes menos tiempo de dedicarte al desarrollo económico. Esa división, con el horizonte puesto en el empleo, que es el problema más importante que tenemos en la ciudad, siguiendo el modelo que a nivel nacional existe en los ministerios. El presidente ha tomado esa decisión entendiendo que se van a gestionar mejor las áreas de Hacienda y presupuestos, en este caso acompañada de Administraciones Públicas, separada de la Economía, el empleo y el desarrollo económico en general.
–¿En qué situación económica cree que se encuentra la ciudad en la actualidad?
–Es evidente que Melilla ha sufrido las consecuencias de una crisis económica importante y todavía estamos sufriéndolas. La principal ha sido el desempleo, por la propia rigidez del mercado laboral melillense, que no puede ofrecer actualmente mas allá de lo que ofrece, el sector servicios fundamentalmente. Además, muchas personas que estaban en otros sitios de España o de Europa, muchos melillenses, como consecuencia de esa crisis y de haberse quedado en paro han vuelto a la ciudad. Eso ha complicado todo también, pero es una situación que hay que afrontar. Creo que la mejora de la economía a nivel general va a tener su reflejo en poco tiempo en Melilla. No es que sea el termómetro fiable 100%, pero si nos atenemos a la recaudación de IPSI, estos años de crisis uno lo que podría pensar es que iba a disminuir, pero al contrario: O se ha mantenido o incluso ha tenido pequeños repuntes. En lo que va de año, aunque es muy pronto, en los primeros seis meses se ha mantenido el nivel recaudatorio del año pasado en el IPSI de importación o se ha superado. Creo que estamos en una situación que aunque nos queda camino por recorrer, hay cuestiones fundamentales como el cambio de modelo económico de la ciudad, que tiene efectos a medio o largo plazo. La situación de la ciudad irá a mejor, sobre todo porque en la medida que mejore la situación económica en general, la capacidad de consumo de los melillenses también mejorará y si el consumo interno mejora, tira de la economía melillense.
Hay que ir al cambio de modelo económico y algunas cuestiones que se nos dibujan en el horizonte medio o largo plazo, como la ampliación del puerto, es una cuestion fundamental. Otra en la que se está avanzando de manera importante es la mejora del tráfico fronterizo. Aunque hemos avanzado, es evidente que en determinados momentos se siguen produciendo problemas, pero tenemos que avanzar de manera decidida en los próximos tiempos para que el intercambio entre Marruecos y Melilla sea cada vez más fluido, porque nos interesa a las dos partes. Tenemos que procurar que el que viene de allí a pasar el día en Melilla lo pueda hacer de la manera más sencilla posible, en el menor tiempo posible y con la mayor comodidad, porque si no, no van a venir.
–¿Va a haber algún cambio en los impuestos que repercuta directamente en el bolsillo del ciudadano?
–Hay un cambio importante para los próximos meses, que es el tema del IBI. El año pasado, rebajamos el tipo del 1% al 0,8%. Eso no quiere decir que el IBI haya bajado un 20%, porque también había un proceso de incremento de los valores catastrales. Para el año 2016 esperamos que manteniendo el tipo en el 0,8%, lo que sí se va a producir es una rebaja de los valores catastrales de manera sustancial, en torno al 30 o al 40%. Eso va a ser una cuestión importante que los melillenses van a notar en su bolsillo de manera importante en 2016.
Por supuesto, en Melilla no somos ajenos a todas las modificaciones fiscales que el Gobierno central ha ido haciendo. Si el PP tiene la responsabilidad de gobernar tras las elecciones generales, ya se ha anunciado que una vez superado el momento más agudo de la crisis y el escenario económico es mucho mejor, es evidente que vamos a ir en la línea de reducción de impuestos. Esperan unos años interesantes desde ese punto de vista.
–También es portavoz del Gobierno desde hace años. La anterior legislatura se puede decir que fue complicada por las relaciones entre el Gobierno y la oposición. ¿Se le hizo cuesta arriba su labor al tener que responder a las críticas del resto de grupos?
–La legislatura pasada fue una legislatura para no repetirla. De hecho, cuando he tenido ocasión, he dicho que lo que menos desearía es vivir una legislatura como la que terminó con las elecciones del 24 de mayo. Creo que eso no se va a volver a repetir. Los grupos, todos, cada uno asumiendo la parte de responsabilidad que le corresponde en lo que hemos vivido, unos más que otros y en el caso del Gobierno del PP, menos. El Gobierno fue objeto la pasada legislatura de una campaña implacable de una oposición sustentada en un empresario monopolístico, con una serie de medios puestos a disposición de la oposición para machacar al Gobierno. Una legislatura en la que se ha atacado en lo personal, a las familias, en cuestiones en las que nunca se debería entrar. Creo que esta, afortunadamente, va a ser completamente diferente. Los grupos somos conscientes de que tenemos que cambiar y en parte, por los resultados que se han producido. Independientemente de las discrepancias que puedan surgir, que son legítimas y es el juego democrático.
Creo que los primeros pasos que estamos dando son adecuados y en esta legislatura los debates van a ser más serenos y se van a poder llegar a acuerdos, no en todas las cosas pero sí en muchas. En algunas ocasiones con todos los grupos y en otras con algunos, por lo menos desde el grupo mayoritario del Gobierno que es el PP, que tiene un pacto firmado con PPL, ambos hemos manifestado la intención de que el diálogo sea la nota imperante en esta legislatura en aquellas cuestiones de importancia como presupuestos, reglamento de la Asamblea… Aquellas que tienen una repercusión importante en la vida de los ciudadanos y en el funcionamiento de la institución. Después de terminar la legislatura con muy pocas ganas de repetir, una vez empezada esta legislatura la estoy viviendo con gran optimismo y va a ser buena para todos los ciudadanos.
–¿Qué balance hace de los últimos 4 años al frente de la Consejería de Economía?
–Estos 4 años han sido para las haciendas de las administraciones una época de cambios radicales. La crisis ha hecho que las exigencias de transparencia e información a las haciendas públicas sea cada vez mayor. Hemos tenido una serie de situaciones que han complicado la gestión del área de Hacienda. El fallecimiento en 2012 del interventor, Silverio Jiménez, es evidente que marcó una situación complicada porque a partir de ahí la Intervención tuvo un carácter inestable, han pasado desde ese momento tres o cuatro personas distintas. Ahora estamos en una situación de cierta estabilidad hasta que se produzca la cobertura por un habilitado nacional, no sabemos en cuantos meses, pero será difícil que sea de manera inmediata. Eso ha complicado el desarrollo de la gestión en el área de Hacienda, contabilidad y presupuestos.
Uno de los principales retos que nos marcamos la legislatura pasada es agilizar y simplificar las cuestiones de aquellos proveedores que trabajan para la Ciudad para que el pago de los servicios sea lo más rápido posible. Es cierto que en los últimos meses por problemas propios y ajenos, como la implantación de la factura electrónica, la agilidad no ha sido toda la que nos hubiera gustado tener y es uno de los retos más importantes inmediatos que tenemos en esta legislatura. Es un objetivo en el que estamos casi obsesionados, si no lo hacemos bien, estamos produciendo un problema. Quiero que se comprenda que las situaciones derivadas de la inestabilidad, las continuas necesidades de adaptarse a cambios normativos, han complicado mucho la gestión. Uno de los retos es dotarla de los suficientes recursos humanos para que sea posible.
–¿Qué destacaría de la actual consejera de Economía y Empleo, Sofía Acedo?
–Ha vuelto a los orígenes, porque los míos como consejero fueron Economía, Empleo y Turismo en el año 2003 y se ha vuelto a esa estructura que creo que es interesante. Es una persona muy preparada, con mucho ímpetu y ganas de trabajar. Además no nos deja tranquilos, está todo el día planteando propuestas y nos sirve a los que llevamos más tiempo, de estímulo. Sofía va a ser una magnifica consejera de Economía y Empleo y tiene mucha iniciativa. Va a contar con un equipo interesante, con la viceconsejera Esther Donoso y el viceconsejero Javier Mateo y van a hacer cosas muy interesantes.