Bajo el lema ‘LUZ para iluminar las naciones’, la Luz de la Paz de Belén se repartió este jueves sobre las nueve de la noche en la iglesia del Sagrado Corazón para iluminar los corazones de muchos melillenses durante la festividad cristiana de la Navidad. Fueron muchos los ciudadanos que desde las ocho de la tarde esperaban a las puertas del templo y también su interior la llegada de la Luz de la Paz de Belén. Entre ellos, se encontraban la consejera de Presidencia, Administración Pública e Igualdad, Marta Fernández de Castro, y el presidente de la Fundación Melilla Monumental, Francisco Díaz. Eran cerca de las nueve de la noche cuando los Scouts de Vélez-Málaga, al ritmo de una hermoso cántico, depositaban la Luz en el altar. Tras una pequeña homilía, las personas que lo desearon recogieron parte de la misma en sus respectivas lámparas. Posteriormente, se celebró una procesión hasta el Foso del Hornabeque en la Plaza de las Culturas donde se encuentra ubicado el Belén. Será junto a la Sagrada Familia el lugar elegido para entregar la Luz de la Paz de Belén. La Luz de la Paz procede de Belén, el lugar de nacimiento de Jesús. Los encargados de traerla siempre son los Scouts de Vélez-Málaga que, como cada año, viajan en barco hasta Melilla. La luz se porta en un farol muy bien conservado, que es alimentado con cera líquida y trasladado en una caja protectora para evitar que se apague durante el largo trayecto que realiza. En la Ciudad Autónoma, el vicario episcopal, Eduardo Resa recibe a los Scouts y a la Luz, quienes la guardan hasta que llegue la hora de repartirla entre las personas que quieran llevarla a sus hogares. La entrega tuvo lugar en la iglesia del Sagrado Corazón este jueves por la tarde. Una vez distribuida, se realizó la tradicional caminata con los asistentes hacia el Foso del Hornabeque, en la que se fue cantando villancicos con el coro de la iglesia, para iluminar el Nacimiento y depositar allí este símbolo de paz. Se trata de una celebración repleta de simbolismo y emoción con el claro mensaje de que reine la paz donde esté la luz. Muy necesario en estos tiempos convulsos. Historia Cada año, semanas antes de Navidad, un niño viaja a la gruta donde, según la tradición, nació Jesús en Belén y enciende una vela que simboliza la Luz de la Paz. Este año, la recogida de la luz ha sido más complicada dado el conflicto bélico y la dificultad de viajar con la luz encendida desde Belén hasta la frontera con Jordania. Posteriormente, se distribuye mediante representantes scouts de países de Europa, como España, aunque distribución de la Luz de la Paz se realiza desde Viena. De ahí parte en avión hacia Viena, punto al que acuden cientos de scouts europeos, que son los encargados de llevar la Luz y trasladar su mensaje por sus respectivos países. Semanas antes de Navidad en Viena, se reparte la Luz entre las delegaciones asistentes para que la hagan llegar a sus respectivos países con un mensaje de Paz, Amor y Esperanza. La Luz de la Paz es un emblema del trabajo por el diálogo y la resolución de conflictos, en el marco de los Derechos Humanos y el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16, a través de proyectos y programas con niñas, niños y jóvenes. El lema de este año ’LUZ para iluminar las Naciones’ nos invita a la reflexión profunda sobre el papel del hombre como agente de paz y concordia en los tiempos actuales. El pasado 11 de diciembre se celebró una ceremonia en la sede del Consejo de Europa en Estrasburgo. Allí, una delegación austriaca entregó la Luz de Paz de Belén al secretario general adjunto de la organización. Bjørn Berge, remarcó que la luz ha sido transportada desde la Basílica de la Natividad de Israel hasta Austria a lo largo de ya cuatro décadas. “Ha visitado países de todo el mundo concienciando y prestando apoyo a los niños con discapacidad y a las personas necesitadas, además de difundir el mensaje de esperanza y paz que constituye la esencia de las celebraciones navideñas. Este año necesitamos que la Luz de la Paz arda con más fuerza que nunca” afirmó. La Luz de la Paz de Belén representa, en definitiva, el deseo, la voluntad y la responsabilidad de construir la paz.
No se pùede ser más hipócrita y desalmado cuando en los alrededores de Belén están cayendo bombas asesinas.