Decir que la limpieza de nuestras calles es cosa de todos resulta un tópico. Lo sea o no, el caso es que cualquier ciudadano está llamado a cuidar su entorno mientras que los poderes públicos, en este caso la Ciudad Autónoma, debe obligatoriamente prestar el servicio y hacerlo en las mejores condiciones posibles, incluyendo la exterminación de plagas si tenemos en cuenta que las cucarachas este año están causando estragos en muchos puntos de Melilla.
Respetar el horario para depositar las basuras en los contenedores (en los contenedores, no cerca o alrededor), no tirar nada al suelo, no depositar mobiliario ni electrodomésticos en la vía pública, utilizar las papeleras, recoger las cacas de las mascotas, limpiar con agua el pipí, etc. etc., es una labor que cada ciudadano debe llevar a cabo por su propia cuenta.
¿Cuál es el problema para que eso no ocurra? Que falta educación, que el cuidado del entorno debe inculcarse en los más pequeños como un valor más. Igual que se enseña a ser solidario, a respetar a los mayores, a comportarse en la mesa, a tratar a los demás con amabilidad, hay que enseñar a no ensuciar, a tirar el papel del caramelo o el brik del zumito en la papelera. Si no se lleva a cabo esa labor de concienciación, de educación en el seno de cada hogar, de nada valdrá que se gasten millones de euros en limpieza que nunca se conseguirá nada.
En ese trabajo de educación también puede incluirse el hecho de que el vecino te llame la atención si ve que no tiras la basura en el horario señalado. Todos debemos ser actores activos en mantener limpia la ciudad. Se leen en las redes sociales cientos de comentarios criticando lo sucia que está la ciudad pero en ninguno de ellos se aporta una sola idea de cómo conseguir que los ciudadanos sean compasivos con el espacio que lo rodea.
El llamamiento que hacía en estos días pasados el consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, Daniel Ventura, para que los melillenses sean más cívicos y colaboren en la limpieza de nada va a servir si no se acompaña de tareas educativas. Es muy importante concienciar a los mayores, a los padres, para que estos repercutan en sus hijos la necesidad de colaborar para que la ciudad tenga un mejor aspecto.
Es como la pescadilla que se muerde la cola: unos padres no enseñan a sus hijos a tener limpia la ciudad, estos hijos de mayores no concienciarán a sus pequeños y vuelta a empezar. Por eso sería interesante explorar posibilidades como llevar a los barrios a monitores que charlen con los vecinos sobre la importancia de mantener limpio su entorno y colaborar con las tareas de limpieza. Es la única manera de que esas personas asuman e interioricen la obligación y luego la transmitan a sus hijos no nietos para que estos, a su vez, lo vayan pasando de generación en generación.
Está muy bien que haya informadores que llamen la atención de quien no actúe debidamente en el cuidado de las calles. Es oportuno que la Policía Local redoble los esfuerzos para impedir actitudes incívicas pero que no se deje de lado la educación, ni en casa ni en los colegios porque solo teniendo ciudadanos concienciados podrá ganarse esta batalla.
Leoncio González de Gregorio Álvarez de Toledo, XXII Duque de Medina Sidonia, ha estado este…
El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, manifestó al término de…
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, presentó ayer al jefe del Ejecutivo…
Las calles peatonales del centro de la ciudad han estado animadas en esta tarde de…
Melilla: Unai, Edrim, Darian, Himmi, Bienve, Abderraham, Pablo Moreno, Adam, Óscar, Lázaro Miralles, Hamza y Aisa. País…
Melilla: Nabil, Miguelón, Santi, HUgo Esqueta, Noe Pardos, Umair, Adam, Ayman, Izan y Amin. País Vasco: Oier,…