Todos los que asistieron quedaron con la boca abierta y a más de uno se les movieron los pies sin querer. El entusiasmo que contagian estos dos jóvenes y experimentados artistas melillenses es notable y fue constatable el pasado sábado.
Sábado noche en el Puerto Noray de Melilla, el local de reciente inauguración “La Decada” anunciaba una noche dedicada a los años ochenta con actuación incluida pero nadie podía imaginar lo bien que lo iban a pasar cuando Sergio y Noemí salieron a bailar, con maestría, simpatía , profesionalidad y sonrisa contagiosa.
Él, muy joven, hijo de Juan y Dori , profesores de la Escuela de Salsa de Melilla. Fuera de sus clases ha pisado escenarios con la Asociación Musical Bombalurina en su último proyecto “Mamma Mia” desempeñando el papel de Chily. Es una joven promesa del baile, no importa la disciplina.
Ella, Noemí, es increíble. Trabajadora a destajo, madre y perfecta bailarina. Es coreógrafa del grupo de teatro Arrabal. Ha trabajado en el diseño y desempeño de los bailes de “El ciclo de la vida” y anteriormente “Peter Pan”. Es guapa, pero lo es mucho más aún cuando baila. Contagia su simpatía y hace que se le mueva a uno todo el cuerpo cuando la ve bailar.
Hicieron una pareja perfecta, provocaron el ritmo entre los que se tomaban una copa en la última noche de sábado sin pensar que la fiesta después seguiría, porque cuando su actuación terminó comenzó una auténtica noche de baile.
Es cada vez más frecuente ver a artistas melillenses ganándose sus vidas utilizando los medios que los locales de la ciudad les prestan y es ilusionante. El caso de Sergio y Noemí es comparable a la de tantos cantantes y músicos que hacen lo propio en las noches de fin de semana. Y es que Melilla derrocha arte por sus doce kilómetros cuadrados.