La ciudad tiene un 2,4%, más de habitantes que en 2011 y es la región donde más crece la población.
La población de Melilla creció el año pasado un 2,4% y se situó como la región española en la que más aumentó el número de habitantes. Además, nuestra ciudad sigue una tendencia contraria a la del conjunto del país, donde por primera vez desde que hay datos registrados, se produjo un descenso del 0,2%. La llegada de inmigrantes desde otros puntos de la península, el aumento de los nacimientos y el descenso de los fallecimientos explican que mientras que en la mayoría del país el año pasado hubiera menos personas, en nuestra ciudad haya sucedido justo lo contrario. Los datos se extraen del informe publicado ayer en el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Melilla cerró el 2012 con un total de 83.762 habitantes, lo que supone que en sólo doce meses la población local creció en casi 2.000 habitantes. En concreto, el censo de nuestra ciudad tenía al cerrar el pasado año a 1.976 personas más inscritas que en 2011, de éstas 1.042 eran recién nacidos y el resto inmigrantes.
Los datos del INE apuntan que el año pasado llegaron hasta Melilla 3.574 personas procedentes de otras regiones de nuestro país y que la mayoría de ellos, el 60% eran españoles. La crisis puede ser una de las razones que ha hecho que se produzca este gran índice de inmigración. En este punto, hay que recordar las afirmaciones del director provincial del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), Antonio Vázquez, que ha dicho en varias ocasiones que el gran aumento del paro se debía en gran medida a la llegada de personas procedentes de la península que, después de quedarse desempleados, decidían regresar a su ciudad natal para recibir la ayuda de sus familiares. Los datos del INE confirman este gran éxodo de ciudadanos desde la península, que ha marcado en gran parte el aumento de población.
Además, según estas cifras el saldo de las migraciones interiores (entre regiones del mismo país) en nuestra ciudad fue positivo el año pasado. Es decir, que llegaron más personas de las que se fueron. En concreto, en 2012 se marcharon desde Melilla a otros puntos de la península un total de 1.914 personas. Esto supone, que el resultado de estos movimientos de población fue que a final de año Melilla tenía 1.660 habitantes más.
En el caso de las migraciones exteriores, es decir, de los cambios de residencia desde o hacia países extranjeros, la tendencia es la contraria y el saldo fue negativo en nuestra ciudad. En total, llegaron a Melilla 983 personas procedentes de otros países, de las que la mayoría tenían nacionalidad foránea (835), mientras que se marcharon a otro país un total de 1.709 (1.558 de nacionalidad extranjera). Por lo tanto, dejaron de vivir en Melilla 726 personas más de las que se fueron.
Sin embargo, dado que las migraciones interiores supusieron el mayor porcentaje de movimientos de población, el saldo total de migraciones (exteriores e interiores) fue positivo, es decir, en total llegó más gente de la que se fue, lo que marca el hecho de que la población creciera.
Además, según el histórico del INE en la última década el número de habitantes ha crecido casi un 30%, pasando de los 65.901 habitantes de 2002 a los 83.762 del último censo, fechado a 1 de enero de este año. Esto ha convertido a nuestra ciudad en la región española con mayor densidad de población.
Asimismo, hay que recordar, que tal y como publicó El Faro la semana pasada, el número de nacimientos creció en nuestra un 4% el año pasado, lo que situó a Melilla como la única región en la que aumentó la natalidad en todo el país. Además, las defunciones se redujeron un 1,3%, lo que supuso que se produjera un saldo vegetativo positivo. Si echamos la vista un poco más atrás, la natalidad ha aumentado un 27% en Melilla en los últimos doce años. Estos datos muestran que una vez más, Melilla sigue una tendencia contraria a la media nacional. En el conjunto del país, desde el año 2010 se ha producido un descenso de la natalidad del 6,7%, mientras que en nuestra región se registró un aumento del 10% en el mismo periodo
Las cifras de migraciones, unidas a las de nacimientos y mortalidad, suponen que mientras que en casi todas las autonomías españolas la población ha descendido, en nuestra ciudad ha sucedido todo lo contrario y se ha producido un crecimiento muy importante.