Según los datos oficiales ofrecidos ayer por la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, durante el mes de agosto la Guardia Civil interceptó un total de 736 intentos de acceder a nado a las playas de Melilla por parte de migrantes procedentes de Marruecos. Por sí solo, este dato pone de manifiesto la importantísima labor que los agentes de la benemérita realizan en la ciudad, un trabajo no siempre reconocido cuando no directamente repudiado y criticado por quienes preferirían que desapareciera.
El último episodio en cuanto a ensombrecer a la Guardia Civil melillense vino de la mano de la operación desarrollada el pasado domingo cuando una embarcación del instituto armado interceptó una barca procedente de Marruecos con cuatro migrantes a bordo.
Un vídeo en las redes sociales sirvió para cuestionar la intervención de estos agentes, que maniobraban para impedir que los migrantes en cuestión pudieran alcanzar la costa de Melilla cuando la barca prácticamente se metió en la dirección de la Guardia Civil y ésta le pasó por encima en la persecución, que se producía a gran velocidad.
Fue una ONG marroquí, llamada "Derechos Humanos" nada menos que en Marruecos, la que puso el grito en el cielo e incluso acusó a la benemérita de haber matado a uno de esos migrantes de la barca. La mentira era de tal magnitud que poco después tuvo por sí misma que desmentir la información que había facilitado. De hecho, no hubo ni siquiera heridos, tal y como señaló al respecto la Delegación del Gobierno.
Inmediatamente surgieron las voces de siempre pidiendo una investigación interna sobre la actuación de esos guardias civiles. ¿Cuáles son esas voces? La de los socios del Gobierno de Pedro Sánchez situados a la izquierda del PSOE, como Sumar o curiosamente EH Bildu. Que este último partido pida investigar algo así es de un cinismo atroz: ellos, los que siempre justificaron a ETA y su actividad terrorista, pidiendo explicaciones.
El Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska lo tiene claro y no habrá investigación alguna por ese incidente. Y si algo es ya de traca es que sea la Fiscalía de Marruecos la que haya abierto diligencias para profundizar y saber qué ocurrió con la embarcación de la Guardia Civil, precisamente los que justificaron a sus policías tras la muerte de más de una veintena de migrantes subsaharianos en la valla fronteriza en junio de 2022.
La Guardia Civil de Melilla es garante de la seguridad y custodia de nuestras fronteras, al igual que ocurre en el paso fronterizo de Beni-Enzar con la Policía Nacional. Sus agentes se ocupan de vigilar el perímetro de la valla y tienen bajo su competencia las aguas melillenses. Eso es así aunque haya algunos a los que no les guste.
Por eso hay que reconocer a la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, la defensa que hizo ayer de estos funcionarios públicos. Ella agradecía a la Guardia Civil su entrega y su labor diaria, al tiempo que destacaba el trabajo que desarrollan a pesar de que en ocasiones se criminalicen sus actuaciones.
No se puede estar más de acuerdo con Sabrina Moh. La Guardia Civil merece que la sociedad sepa valorar la labor que desempeñan diariamente sus hombres y mujeres, que optaron por entrar a formar parte de un cuerpo de seguridad siguiendo así su vocación de servicio a los ciudadanos.
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