La práctica totalidad de los trabajadores del Parador de Melilla secundaron ayer una huelga que también se ha realizado en toda la cadena hotelera y que, de nuevo hoy, volverá a producirse. Y fueron casi la totalidad de la plantilla, porque de los 27 empleados, 24 no acudieron a sus puestos de trabajo. Sólo tres sí lo hicieron, uno porque su contrato es eventual; y los otros dos, ‘obligados’, pues, si bien no existen servicios mínimos en la Hostelería, sí se exige, al menos, la asistencia de dos trabajadores.
Su protesta, desde luego, totalmente justificada, pues llevan esperando la renovación de su convenio colectivo desde hace casi tres años, y se mire por donde se mire, eso es mucho tiempo.
Ahora queda por saber si desde la dirección de Paradores se va a producir algún cambio en su postura y se sientan a hablar con los trabajadores.
Ayer, por lo menos en la ciudad, los clientes del hotel entendían la huelga de los trabajadores, no así, seguramente, los ciudadanos que desde hace tiempo habían reservado mesa para la celebración de dos banquetes, precisamente en este puente.
La piedra está ahora en el tejado de la empresa, que algo deberá hacer si no quiere que se vuelvan a producir las protestas y, con ello, seguir engordando su cuenta de pérdidas y su mala imagen.