La Guardia Civil detuvo el pasado lunes a un joven que supuestamente intentaba arrojar a su pareja por un acantilado de la playa de la Alcazaba. El detenido ya ha sido condenado por un delito de lesiones y amenazas, y el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Melilla ha dictado contra él una orden de alejamiento de la joven, indicó la Benemérita en un comunicado.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del lunes, cuando un servicio de Vigilancia de Costas y Fronteras patrullaba por la carretera de la Alcazaba con dirección al paseo marítimo de Horcas Coloradas. Una vez rebasada la rotonda previa para acceder a dicho paseo, observaron a cierta distancia, como una pareja de jóvenes se encontraban parados y muy próximos al muro que separa la acera del acantilado de la playa de la Alcazaba.
Al aproximarse la pareja de servicio, observaron que una joven se encontraba sobre dicho muro, agarrada a la barandilla metálica y en el lado del acantilado y el joven que la acompañaba en el lado de la acera con las manos sobre ella”, explicó la Guardia Civil.
“Situación inusual”
Ante tal “situación inusual” y “de peligro” para la vida de la joven, los guardias civiles actuantes se aperaron del vehículo oficial y de “forma rápida y decidida” se dirigieron de inmediato a sujetar a la mujer de los brazos y cintura para evitar la caída hacia el acantilado de la playa de la Alcazaba.
En ese instante, el hombre que la acompañaba se retiró del muro sin ofrecer ayuda alguna, “actitud que no fue congruente a la situación de peligro”, manifestó.
La joven explicó a los agentes que eran pareja y habían mantenido una fuerte discusión momentos antes. También dijo que la había agredido y que después intentó arrojarla por los acantilados. Sin embargo, pudo sujetarse a la barandilla metálica para evitar la caída.
La joven fue asistida por los sanitarios por las lesiones sufridas.
Motivo pelea
Por las manifestaciones de la pareja, la Guardia Civil averiguó que el joven le dijo que quería terminar la relación sentimental y que eliminara todas las fotografías que tenía en su teléfono móvil, cosa que ella no hizo, por lo que le quitó el terminal y las borró.
Acto seguido y ante tales evidencias, la Guardia Civil procedió a la detención del novio de la joven, de nacionalidad española e instruyéndose diligencias policiales, siendo condenado por un delito de lesiones y amenazas y dictada una orden de alejamiento por parte del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de los de Melilla.
La Guardia Civil destacó que gracias a la aparición de los agentes en el lugar de los hechos, “se pudieron evitar consecuencias que hubieran puesto en grave peligro la vida de la joven”.
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