El sindicato denuncia la “dejación de funciones” del hostelero responsable y pide un ‘tren de lavado’ nuevo, pues el actual está roto.
La Federación de Servicios Públicos de la UGT de Melilla exigió ayer a la Dirección Territorial del Ingesa el cierre de la cocina del Hospital Comarcal hasta que las instalaciones sean desinfectadas. El sindicato pidió el cese del responsable hostelero al que acusan de “dejación de funciones” y solicita un ‘tren de lavado’ nuevo porque el actual está averiado desde “hace meses”. Los ugetistas denunciaron las condiciones sanitarias en las que los trabajadores tienen que elaborar las comidas de los pacientes del Comarcal y demandaron unos equipos y medios materiales “de calidad”.
En nota de prensa, la FSP-UGT insistieron en la necesidad de cerrar temporalmente la cocina del centro hospitalario “hasta su correcta desinfección y puesta a punto de los equipos auxiliares de limpieza”.
El sindicato acusó al responsable hostelero de “dejación de funciones, por su incompetencia a la hora de resolver las incidencias sin prestarles la correcta atención”. Los ugetistas aseguraron que la situación en la cocina del hospital está “fuera de control”, cual “bola de nieve imparable”. “Esto se resolvería fácilmente”, afirma la UGT, si los responsables hacen “las gestiones oportunas para desinfectar y desratizar la cocina así como la instalación de un nuevo ‘tren de lavado’, el cual está en pésimas condiciones de uso”, denuncian.
“Los trabajadores de la cocina se merecen un equipamiento de hostelería con la calidad acorde para la atención de los enfermos y no de niveles de países tercermundistas como ocurre en la actualidad. Todo esto repercute en la mala calidad de asistencia que se le presta a dichos enfermos hospitalizados”, lamentaron desde el sindicato.
Actuación inmediata
La FSP-UGT volvió a exigir a “los responsables competentes” que “actúen en consecuencia y a la mayor brevedad posible”, pues “la cocina no puede seguir prestando servicios en estas condiciones sanitarias”.
Por último, los ugetistas denunciaron la “política de oídos sordos ante la demanda de los trabajadores y sus representantes, que viene practicando de forma habitual el responsable de hostelería”, del que piden que sea cesado.