Su madre mantiene vivos el recuerdo y la memoria del joven guardia civil melillense asesinado por ETA, en Villalba (Madrid), en diciembre de 2002 María Dolores Martín lleva sobre su pecho, en un camafeo, la foto de su hijo Antonio, el joven guardia civil de Melilla al que ETA asesino en Villalba (Madrid) el 17 de diciembre de 2002. Ella encarna su memoria y trabaja para que se mantenga viva entre los melillenses. Por ello, su última decisión ha sido donar su uniforme al Museo Militar, donde ya se encuentra expuesto junto a su fotografía y una leyenda que honra la entrega de su vida en defensa de nuestra patria. Madre de cinco hijos, María Dolores sigue teniendo a su malogrado hijo Antonio, al que ETA sesgó su vida cuando sólo tenía 27 años, en un lugar preferente. Dice que se ha convertido en su sombra, que transpira a través de su piel. Con ella , mantenemos una breve entrevista: -¿Qué le queda de su hijo seis años después de que lo mataran? -Su valentía, su grandeza, su memoria resplandeciente en mí, que la tengo que llevar mientras tenga vida. Me queda mucho amor, mucha entrega, mucho ejemplo de vida. -¿Cómo ha conseguido sobrellevarlo y seguir adelante? -Viviendo con él día a día. El está a mi lado, él habla conmigo, comparte todos los momentos del día. Si me tambaleo me agarro a su foto, le miro a su cara, hablo con él y contacto con él. El sigue vivo en mí. -¿Y de dónde saca la fortaleza, de usted misma, de la ayuda profesional de psicólogos? -Inevitablemente tiene que ser de una misma, porque cuando te ahogas no tienes más remedio que sacar el cuello y respirar. Y entonces tan ahogada, tan desesperada, tan destrozada, tan hundida me sentía que yo necesitaba algo y así ha sido, poco a poco ha ido siendo así hasta que mi hijo se ha convertido en mi sombra. -¿Cómo se sobrelleva la muerte de un hijo a manos del terrorismo? -La muerte de un hijo es parte de mi vida, arranca parte de mi ser y es el destrozo de mi persona y de todo el entorno de mi familia. Todo ser humano tiene un sufrimiento y un porqué, a mí me ha tocado vivir esto y esto es muy grande. -¿Le consuela al menos que con la muerte de Antonio se salvaran muchas otras vidas humanas? -Es la única base fundamental y espiritual que me queda: pasar por este mundo dando la vida por tantas vidas no es un privilegio que tiene todo el mundo. Es un consuelo espiritual muy grande.