Este martes 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Lengua Romaní. Una fecha señalada en una ciudad como Melilla, donde la comunidad gitana es una de las 5 que componen el crisol multicultural que integra nuestra urbe.
En declaraciones a El Faro, el investigador de la cultura y la comunidad gitana de Melilla, José Heredia, mostró su satisfacción por esta jornada. Un día, dijo, en el que se muestra la existencia de la identidad romaní y el objetivo de recuperar su lengua.
Heredia recordó que pese a que esta lengua se utiliza por la comunidad gitana en los 5 continentes, la Península Ibérica y la parte meridional de Francia suponen los únicos territorios en el mundo donde no se habla con fluidez.
El investigador ha aludido a las distintas pragmáticas o leyes promulgadas a lo largo de los siglos en España, las cuales se dirigieron contra el pueblo gitano. Heredia ha recordado la primera pragmática de 1499, dictada por los Reyes Católicos; a la que siguieron otras publicadas por sucesivos monarcas y altos cargos del Reino. En ellas, recordó Heredia, quedaba reflejada la prohibición terminante de hablar la lengua romaní, so pena de amputación de las orejas.
"Nos pusieron contra la pared. Nos dijeron que o dejábamos de ser gitanos o desapareceríamos".
Sin duda el episodio culmen de la persecución histórica al pueblo gitano en España fue la Gran Redada del año 1749. Un proyecto ideado por el Marqués de la Ensenada en el que se intentó apresar en una noche a todos los gitanos del país y exterminarlos.
"No lo consiguieron, como se demuestra en el millón casi de gitanos que viven en la actualidad en España".
Heredia recuerda que los gitanos españoles no pueden comunicarse con fluidez con el resto de romaníes del mundo, aunque conservan un pequeño vocabulario propio, que mezclado con la lengua castellana conforma el idioma caló.
Un vocabulario que pasa de padres a hijos y se aprende gracias a los mayores de la comunidad. Sin embargo, el experto reclama un mayor compromiso de las instituciones para que se recupere la lengua romaní en nuestro país. No en vano, recuerda, se ha perdido debido a las pragmáticas dictadas por los sucesivos reyes y demás personajes como el presidente del Consejo Real y Supremo de Castilla. "Nos deben compensar", subrayó.
El caló es un idioma muy utilizado en nuestro país. Su origen se remonta al sánscrito y además ha dejado innumerables préstamos lingüísticos al español como se refleja en los términos "molar, chaval, pinrel o ronear".
José Heredia agradeció algunas iniciativas que se han llevado a cabo en la ciudad, como el curso de formación continuada en el Romanipén o código de valores gitano, impartido en noviembre del año pasado en la UGR.
En este sentido, José Heredia reclama que este idioma tenga los mismos derechos que otras lenguas oficiales del Estado como el catalán o el gallego.
"Ojalá llegue el día en el que todos los gitanos recuperemos nuestra lengua".
Este año, la comunidad gitana de Melilla ha recibido las felicitaciones provenientes del ámbito político. La Ciudad Autónoma ha recordado esta fecha como una jornada para fomentar la preservación de esta lengua y darla a conocer en el conjunto de la sociedad, reivindicando así la identidad e inclusión del pueblo gitano.
El Día Internacional de la Lengua Romaní se proclamó en el año 2015 por la Unesco con el fin de reconocer y promover la diversidad lingüística y cultural del pueblo gitano.
Los objetivos de esta fecha se basan en preservar la lengua y la cultura romaní, así como combatir la discriminación que esta sufre cada día.
La Unesco reconoce que, a pesar de los esfuerzos realizados, la lengua romaní se enfrenta a numerosos retos como la estigmatización de sus hablantes, la falta de un reconocimiento oficial y la pérdida del número de hablantes que pone en riesgo la supervivencia de este idioma.
El primer registro de la ,presencia gitana en Melilla data de 1635. En aquel entonces, Melilla era una especie de ciudad presidio, llamada así como 'Los Presidios de África'. En esta época los ciudadanos de etnia romaní vivieron de forma involuntaria. Sin embargo, la presencia voluntaria de romaníes en Melilla data de principios del Siglo XX.
Los romaníes vivieron a Melilla por un motivo fundamental: "El gitano desde que se conoce es experto en el hierro y en Melilla se estaban saldando algunas batallas". En el transcurso de las diferentes contiendas que tiene España con las cábilas rifeñas del antiguo Protectorado, se necesitan herreros para mantener el conflicto armados con éstos.
Es por este motivo por lo que vivieron los ciudadanos de raza gitana a Melilla. Los romaníes fueron los que acrecentaron de manera superlativa el oficio de herrero por motivos de la guerra. Así mismo, vinieron a Melilla gran cantidad de gitanos herreros.
Dada la dureza rocosa del terreno, hacen falta herraduras para calzar a los caballos y se da una orden desde Melilla a Cádiz y Sevilla y la mayoría de los herreros que vienen a Melilla son gitanos.
En la actualidad, si tomamos a los gitanos con una ascendencia pura gitana, habrá unos ciento cincuenta o doscientos ciudadanos melillenses de raza romaní, pero si vemos a personas que tienen una procedencia con algún tipo de mezcolanza que mantengan la cultura gitana, habrá entre setecientos y ochocientos ciudadanos.
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