El control de la legalidad de estas ofertas será llevado a cabo por Presidencia y Salud Pública.
Coincidiendo con el inicio del segundo período de rebajas de este 2016, la Consejería de Presidencia y Salud Pública practicará la habitual campaña de inspección en los establecimientos que promocionan sus ventas en los períodos de rebajas tradicionales.
Este control se está llevando, según confirmó la Ciudad Autónoma, en dos etapas, coincidiendo con cada uno de las fases de sados anuales, teniendo en cuenta que “las ventas en rebajas podrán tener lugar en los periodos estacionales de mayor interés comercial según el criterio de cada comerciante, y que la duración de cada período de rebajas será decidida también por ellos mismos”.
Dos fases de control
Esta campaña, a su vez, estará dividida en dos planes de actuación simultáneos: uno en el que se informará a los diferentes comerciantes sobre sus diferentes obligaciones, y otro en el que se pasará a inspeccionar que se cumpla la legalidad vigente en establecimientos de todo tipo.
Desde la Administración local se repartirá un tríptico a los propietarios de los establecimientos que recoge toda la información accesible sobre la normativa aplicable a las promociones de venta, esto es, a las rebajas, ofertas, saldos y liquidaciones de estas fechas. Estos datos también estarán disponibles en la web de la Ciudad, en el apartado de Consumo de la Consejería de Presidencia y Salud Pública.
Obligaciones comerciales
En cuanto a las inspecciones que se realizarán, en ellas se comprobarán que los que realizan actividades de promoción de ventas cumplan con los requisitos preceptuados por ley.
Los comerciantes tienen una serie de obligaciones muy definidas, como marcar “con absoluta claridad” el precio anterior junto al rebajado. Los artículos rebajados, además, habrán de ser aquellos que han estado a la venta en tiempo anterior a las rebajas.
Estas ofertas han de implicar “la misma calidad y reducción de precios”, y en el caso de que se vendan artículos a precio normal y otros a coste reducido habrán de estar debidamente separados para no inducir a error al potencial consumidor.
Si estas son las obligaciones de los comerciantes, a los compradores también se les dan una serie de recomendaciones, como lo son el comparar bien los precios, examinar meticulosamente el producto a comprar; leer detenidamente las etiquetas; exigir el pago con tarjeta si habitualmente el establecimiento ofrece este servicio; u obligar al comerciante a cambiar los productos defectuosos -sea cual sea la época de la temporada-. Con todas estas medidas se pretende que el melillense pueda consumir en este tiempo de saldos sin miedo a ser engañados.
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