Llenar el carrito de la compra sigue siendo una actividad onerosa en Melilla, a juzgar por las personas a las que este Diario ha pedido opinión en el Mercado Central la mañana de ayer. Y es que los alimentos han tenido una subida interanual del 11,3%, según los datos aportados por la web expansion.com, donde se apunta a que, pese a todo, ha habido un descenso en el IPC de 14 décimas respecto al mes de junio, índice que se ha situado en el 3,3%.
Y encima podemos darnos con un canto en los dientes porque los cuadros macro elaborados por esa web dejan claro que en 2022, la tasa interanual de la alimentación se situaba en el 18,9%.
La cesta de la compra continúa cara en nuestra ciudad. Productos como la carne, el aceite de oliva y el papel higiénico, entre otros, están disparados. El carnicero del mercado reconocía que el coste se ha elevado considerablemente en todo el género, incluido el pollo. La consecuencia es que sus clientes optan por comprar menos cantidades o, directamente, pasar de la carne en sus menús diarios.
En el lado contrario se sitúan otros alimentos que sí han moderado sus precios como las frutas y las verduras, que han bajado algunos céntimos si comparamos con 2022. El precio de los tomates, por poner un ejemplo, ha sido el que más ha caído últimamente situándose en un 40% menos que el año pasado.
La moderación de frutas y verduras unida a la del pescado, que se mantiene igual en estas últimas semanas, supone un alivio para los consumidores que, no obstante, expresan sus quejas porque salen del mercado habiendo gastado mucho para llevarse poco. Una señora lo resumía así: “Como una moto me pongo yo cuando vengo al mercado”, manifestó en clara alusión a las afirmaciones del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, cuando asegura que la economía española “va como una moto”.
En cuestiones de ultramarinos, los precios también aparecen contenidos salvo en el caso del aceite de oliva que “está a precio de caviar” según uno de los comerciantes; de hecho, cuesta 7 euros ya el litro en un país que, como España, es el primer productor mundial.
Y llegado este punto sería conveniente recordar aquí la conveniencia de que el Real Decreto de bonificaciones al transporte de mercancías incluya de una vez y para siempre el sector de la alimentación, una de las formas más eficaces y seguras para que los melillenses viéramos una verdadera bajada de precios en algo tan necesario en los hogares como la carne. Hay que recordar que estos productos quedaron fuera de las subvenciones establecidas en esa normativa, algo que ya en su día afeó la Confederación de Empresarios, convencida de que no serviría para aliviar la cesta de la compra en Melilla.