En la caseta del Club Scorpio de Aventura todo está reservado al mediodía. La cocina de Casa Marta sortea el bache económico con su turbante de pollo o su solomillo chupa dedo con salsa argentina.
Basta con escuchar los nombres de los platos estrella de la caseta Club Scorpio de Aventura para entender por qué tienen las 14 mesas para 10 personas y otros dos espacios para 30 personas reservadas al mediodía y no falla nadie a la hora de comer.
De las manos del cocinero Dris El Allam sale la corvina en crema de gamba, el turbante de pollo o el solomillo chupa dedo con salsa argentina.
Pero también salen las paellas de marisco. “Todos los días hago paella para cien personas (7 euros la ración)”, cuenta El Allam.
Para picar hay croquetas, nuggets de pollo o flamenquines. También hay carne en salsa, verdura frita, boquerones fritos, pescadilla, chopos, calamares... “Todo casero. Aquí es casero hasta el avecream que usamos”, afirma el cocinero, que confiesa que nunca prueba los platos que él hace: “Prefiero la comida de mi mujer, que cocina muy bien”.
De momento, Casa Marta, que se encarga de la cocina de la caseta del Club Scorpio, no ha notado la crisis. “Nos va bien. No nos podemos quejar. Cada día viene todo tipo de familia. Estamos trabajando bien. Por algo será”, añade Dris El Allam.
El cocinero de la caseta del Club Scorpio lleva 14 años haciendo la feria: “Cinco en la caseta del Club Scorpio, cinco en la del PP y cuatro viajando”.