La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP) ha registrado un escrito en el Centro Penitenciario de Melilla “ante la creciente ola de ciertos rumores” de que hay funcionarios de prisión que están dando cosas como teléfonos móviles y droga a los presos a cambio de dinero e incluso de servicios sexuales con mujeres familiares de ellos.
En el escrito, se habla de una “caza de crujas” por parte de la dirección del centro, de la que critican “su falta de confidencialidad y sigilo en sus actuaciones” por poner en boca de trabajadores, internos y familiares los supuestos hechos.
Ante todo esto, la APFP pide que, dado que este tipo de actuaciones se encuentran perfectamente reguladas en la legislación, la dirección de la cárcel “ataje estos rumores y guarde el oportuno sigilo y confidencialidad”. Además, pide a esta dirección, encabezada por Francisco Rebollo -a quienes algunos culpan directamente de difundir el rumor "personalmente"-, que respete la presunción de inocencia de los supuestos infractores, a los que, en su opinión, se está sometiendo a “un juicio paralelo”.
De la misma forma, en el escrito se exige que se actúe “contundentemente” contra las personas que “están manchando el buen nombre y profesionalidad de la plantilla de trabajadores del centro.
La APFP aprovecha la ocasión para reclamar a Rebollo que las normas que rigen el funcionamiento del Centro Penitenciario sean aplicadas por igual a toda la plantilla.