El melillense descubrió en 2014 la primera pieza conocida del compositor italiano Antonio Vivaldi
Hace algo menos de tres años, el violinista melillense Javier Lupiáñez, fundador del grupo musical Scaramuccia, descubrió “por casualidad” la primera pieza que se conoce del compositor italiano Antonio Vivaldi. “Fue una auténtica serendipia. No es que yo estuviera buscando nuevas sonatas de Vivaldi, yo investigaba obras anónimas”, declaró en rueda de prensa, en la mañana de ayer. El músico, uno de los artistas locales más reconocidos a nivel mundial, aprovechó su paso por la ciudad autónoma para comparecer ante los medios de comunicación en el salón de ensayos del teatro Kursaal. Le acompañó la consejera de Cultura y Festejos, Fadela Mohatar, quien lo calificó como “joven y virtuoso”. La representante del Gobierno autonómico, asimismo, dijo que la Ciudad está “gestionando un hueco” para que Scaramuccia, el grupo fundado por el violinista, “pueda venir a actuar a Melilla”. Descubrimiento Lupiáñez, titulado en ‘Violín Barroco’ por el Conservatorio de La Haya (Holanda), explicó que él se encontraba investigando en el repertorio de obras anónimas de Dresde (Alemania) sonatas para violín, con el objetivo de interpretarlas junto a su grupo. Fue entonces cuando se percató de que había “cosas parecidas” a las piezas compuestas a lo largo de su trayectoria por el italiano. No obstante, en un primer momento, rechazó la posibilidad de que la obra fuese de su autoría. “Me pareció imposible que, con los millones de musicólogos que había detrás de la obra de Vivaldi, aún no se conociera la pieza”, comentó. Animado por su mentor en La Haya, Enrico Gatti, Lupiáñez sometió la composición al juicio de los expertos, quienes, finalmente, confirmaron que se trataba de una partitura del autor de ‘Las cuatro estaciones’. Se estima que la obra data del año 1700, momento en el que el italiano aún cursaba estudios universitarios.