El número dos del Ministerio y el jefe de Relaciones Internacionales, a favor de las cuchillas.
El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, defendió ayer el uso de la concertina, el entramado de alambre coronado con cuchillas, en la valla de Melilla, para evitar la entrada irregular de inmigrantes.
Durante una visita a la Universidad de Alcalá de Henares para pronunciar una conferencia, Martínez apuntó que en España se ha vuelto a incorporar la concertina dentro de “una serie de reformas” que se han hecho en la valla de Melilla y citó la colocación de la malla antitrepa, que dificulta que los inmigrantes trepen por la valla.
“En otros países, los perímetros fronterizos siempre están dotados de medidas de seguridad de esta naturaleza”, añadió el número dos del Ministerio.
De forma periódica, afirmó, “hay que revisar y reforzar las medidas de seguridad en los perímetros fronterizos porque las mafias que trafican con personas y gestionan la entrada irregular de inmigrantes, buscan las zonas vulnerables en las fronteras, por las que sea más fácil sortear esas dificultades para la entrada”.
Preguntado si la polémica por la instalación de la concertina derivará en un recurso por vulneración de derechos humanos, el secretario de Estado de Seguridad señaló que si se produjese, el Ministerio defendería la legalidad de esa medida, junto con muchas otras que tienen un efecto disuasorio para evitar que nadie pretenda saltar una valla.
Francisco Martínez no fue el único alto cargo de Interior que ayer dio la cara por la colocación de las polémicas concertinas. También lo hizo ayer el director de Relaciones Internacionales del Ministerio del Interior, Carlos Abella y Arístegui que destacó que son las mafias y no los Estados las que envían a los inmigrantes a dañarse en una valla o a naufragar en el mar.
La culpa, de las mafias
En declaraciones a los periodistas, tras inaugurar la reunión del Proceso de Rabat, un marco de diálogo sobre la inmigración entre la UE y diferentes países africanos, Abella aseguró que los Estados tratan de ser “lo más humanos posibles” en la gestión de la inmigración irregular que está controlada por las mafias.
Consultado por el entramado de alambres coronado con cuchillas que se ha recolocado en la valla de Melilla, tras su retirada en 2007 por las lesiones que producía, el director de Relaciones Internacionales de Interior dijo que no se pronunciaría aunque finalmente lo hizo.
“No está en mi ámbito de competencias”, señaló tras lo cual recordó que las cuchillas están colocadas a ocho metros de altura y que, en cualquier caso, la inmigración irregular está controlada por las redes organizadas que son “quienes envían a dañarse, a naufragar en el mar o a perecer” a los inmigrantes.
Las medidas de todos los países, recalcó, “intentan ser lo más paliativas y cooperativas posibles”, concluyó.
Hay que recordar en la recolocación de la concertina se ha encontrado con la oposición de ONG y partidos de la oposición.
El Barkani a favor de las nuevas medidas en la valla
El delegado del Gobierno de Melilla, Abdelmalik El Barkani, se reafirmó ayer en su defensa de la colocación de la concertina en tres de los diez kilómetros del perímetro fronterizo. En un encuentro con la prensa dijo anoche que la muerte de un inmigrante subsahariano al caer desde lo alto de la valla, que se produjo en la madrugada del lunes de la parte marroquí de la frontera, demuestra que la concertina no es la culpable de las muertes sino que toda la responsabilidad corresponde a las mafias que trafican con personas.
El Barkani remarcó anoche, además, que la concertina (alambres que terminan en cuchillas) se coloca a ocho metros de altura y que las personas que asaltan la valla y escalan la doble alambrada corren muchos riesgos, entre ellos el de caer y morir como ocurrió ayer.