Se cumplen hoy los primeros 27 años de vigencia de nuestro Estatuto de Autonomía. O, lo que es lo mismo, de nuestro régimen de integración en el Estado y de nuestra naturaleza jurídico-política.
No podemos decir que nuestra integración esté equiparada al resto de comunidades. Eso sería faltar a la verdad. La realidad es que nuestro estatuto fue un apaño más o menos aceptable entre las dos grandes fuerzas políticas del país (PSOE y PP). De esta forma daban solución a un problema territorial que nos otorgó la rara característica de ser “ciudad autónoma”.
Y ello, en el contexto de una Constitución que organiza el Estado en “municipios, provincias y comunidades autónomas”.
Sea como fuere, lo cierto es que han pasado ya 27 años desde que un 13 de marzo de 1.995, el Congreso de los Diputados diera luz verde al nuevo régimen de autogobierno de Melilla.
"No podemos decir que nuestra integración se equipare a otras comunidades. Eso sería faltar a la verdad"
Aunque fuera con calzador, la ciudad quedó integrada junto a Ceuta en el Estado de las Autonomías con sus carencias y su enorme debate político previo al acuerdo final entre socialistas y populares.
No disponemos de capacidad legislativa, no tenemos senador por designación autonómica, no nos permite convocar elecciones y los tribunales nos han dicho reiteradamente que no podemos equipararnos al resto de las comunidades jurídicamente hablando. Pese a todo, el Estatuto de Autonomía de 1.995 ha sido un buen instrumento de desarrollo normativo y no compromete a renunciar a otras aspiraciones legítimas de reforma del texto. Algunas voces políticas han hablado de esos cambios en la norma pero hasta el momento no conocemos en profundidad cuáles serían los objetivos de una eventual transformación.
Lo que sí sabemos es que cuestiones como la capacidad legislativa nos estarían vedadas, si bien todavía no se ha alcanzado el techo competencial que sí podría negociarse con el Gobierno central.
Con sus luces y sus sombras, Melilla puede sacar cabeza en esta efemérides conmemorativa del Estatuto de Autonomía. Cierto es que se han alcanzado metas en este caminar difícil en los últimos 27 años.
Y hoy que vuelve a la actualidad la cuestión estatutaria, queremos reclamar el derecho que asiste a los melillenses a equipararse jurídicamente al resto de los españoles. Queremos tener las mismas oportunidades y competencias, y nuestros representantes políticos están obligados a hacer suya una reivindicación histórica que nunca vamos a olvidar.