Con motivo de la celebración del Día Internacional de la higiene de manos, que se celebra el 5 de mayo, el Área de Salud de Melilla ha realizado nuevamente una campaña divulgativa sobre la utilización de los dispensadores de solución hidroalcohólica para la prevención de las infecciones relacionadas con la atención sanitaria, bajo el lema ‘puedes cambiar vidas’.
El objetivo de la higiene de manos es eliminar la suciedad y flora transitoria de la piel para prevenir los contagios. Por ello, durante dos días la divulgación de esta idea ha consistido en la instalación de una mesa informativa, que ha contado con dispensadores de solución hidroalcóholica, para explicar a los usuarios de la necesidad de una correcta higiene de manos en un centro hospitalario.
También se les ha entregado un folleto explicativo, con forma de palma de mano y con el título ‘salvar vidas está en tus manos’, en el que se especifica por qué es importante este gesto de higiene, cómo realizarla y quién debe hacerlo.
Además, este año se ha entregado un tríptico en el que se demuestra que la higiene es la herramienta más eficaz para el control de la infección relacionada con la asistencia sanitaria y que, por ello, hay que “correr la voz”.
El reparto de material impreso de carácter divulgativo se ha realizado en los cuatro últimos años en el Hospital Comarcal de Melilla y consiste, básicamente, en mostrar la necesidad de la correcta higiene como un buen hábito.
Actividades del Ingesa
El lema de este año, ‘puedes cambiar vidas’, ha tenido doble objetivo: por un lado, el fomento de la participación del paciente y su entorno en la higiene de manos en el medio sanitario y, por otro, la información al profesional de cómo se están desarrollando las mejoras en el ámbito de la higiene de manos.
Cinco momentos
La actividades del pasado año se centraron en los cinco momentos que es obligatorio acto de la higiene. Estos son antes de tocar al paciente para protegerlo de los gérmenes dañinos que se pueden tener en las manos; antes de realizar una tarea limpia y aséptica para proteger al paciente de los gérmenes dañinos que podrían entrar en su cuerpo, incluidos los gérmenes del propio paciente; cuando se ha tenido una exposición a líquidos corporales y tras quitarse los guantes, para protegerse y proteger el entorno de atención de salud de los gérmenes dañinos del paciente; cuando se toca al enfermo; y después del contacto con el entorno del paciente.