El pasado fin de semana, Melilla la Vieja acogió el tradicional Mercado Renacentista que cada verano visita nuestra ciudad.
Durante tres días, Melilla se ha inundado de un ambiente festivo que comenzó en la Avenida Juan Carlos I, Rey, con un colorido pasacalles, y atrajo a cientos de melillenses a reunirse en las calles de El Pueblo para visitar los puestos, comer o disfrutar de los espectáculos que se ofrecieron.
Eventos como estos son los que dan vida a nuestra ciudad y sirven como reclamo para que nos visiten.
Como muestra es que los hoteles de la ciudad han registrado buenos datos durante este fin de semana, más turistas de los habituales se han animado a conocer Melilla con la escusa del Mercado.
Por su parte, la hostelería local también se ha visto beneficiada aunque en menor medida. Muchos clientes prefirieron pasar la noche en Melilla La Vieja y no consumir en los locales del centro, pero durante el mediodía la afluencia fue buena.
Impulsar este tipo de actividades está dando buenos resultados, hay que seguir buscando fórmulas que sumen al atractivo de la ciudad para los foráneos y que fortalezcan nuestro sector turístico.
Es difícil pensar que el mercado renacentista que similarmente se hace en otros muchos pueblos y ciudades de España pueda convertirse en reclamo turístico.
Como mucho puede servir que que ese fin de semana algunos melillenses se queden en Melilla, y no se vayan de compras a la Península. Aunque sería difícil de constatar.
La activación turística y reactivación comercial y de hostelería necesita de otros cauces.