Las máximas autoridades políticas de Melilla, su presidente Juan José Imbroda y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, acudieron en la jornada de ayer a los actos institucionales celebrados en Madrid con motivo del Día de la Hispanidad en representación de la Ciudad Autónoma. Tras el evento, el máximo dirigente del Ejecutivo local expresó su satisfacción por haber estado presente, al tiempo que destacó que Melilla tuvo “una presencia muy importante” gracias a la participación en el desfile del Grupo de Regulares Número 52.
El presidente resaltó que el paso de esta unidad centenaria del Ejército de España suscitó “el aplauso y la admiración” del público que vivió en primera fila los actos del Día de la Hispanidad. “Son unos grandes embajadores de la ciudad”, apuntó Imbroda, quien recordó que los Regulares no fueron importantes únicamente en el devenir de Melilla, sino en el de todo el país. “Forman parte de uno de los pasajes más esenciales de nuestra historia”, aseveró.
En cuanto a su viaje a Madrid acompañado de El Barkani, apuntó que le resultaba “un gran orgullo” representar a Melilla en tan insigne evento. “Personalmente, me supone un alto honor”, aseguró.
Aprovechando su asistencia a los actos de conmemoración, aprovechó para saludar a “viejos amigos” y altas autoridades del Estado, como el Príncipe Felipe, el presidente Mariano Rajoy y algunos de sus ministros. Además, dio personalmente las gracias al almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Manuel Rebollo García, por el acto que se llevó cabo en septiembre en la ciudad autónoma para estrechar lazos entre Melilla y la Armada. Hay que recordar que el pasado 21 de septiembre, en un simbólico acto, la vicepresidente de la Asamblea, Cristina Rivas, amadrinó al buque ‘Relámpago’ haciendo entrega de su enseña de combate.
Hay que destacar que también estuvo presente en Madrid el homólogo ceutí de Imbroda, Juan Vivas.
Un desfile más austero
Imbroda es un asiduo habitual a los actos del Día de la Hispanidad, aunque hay que recordar que pasado año no pudo asistir. El evento de ayer estuvo marcado por varios puntos. En primer lugar, la austeridad. El Ministerio de Defensa organizó un desfile que costó unos 823.000 euros, un 16% menos que el año pasado y casi un 70% menos que en 2011.
No obstante, la novedad más reseñable fue la del estreno del príncipe Felipe presidiendo los actos en ausencia de su padre, el rey Juan Carlos I, aún convaleciente de la operación de cadera a la que se sometió el pasado 24 de septiembre.
La parada militar comenzó, como suele ser habitual, con la recepción por parte de los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia, del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el resto de autoridades, tras lo cual se les rindió honores militares a los príncipes.
A continuación, tuvo lugar el izado y homenaje a la bandera, que este año, como en 2012, tampoco llegó desde el aire a manos de un especialista de la Patrulla Acrobática del Ejército del Aire. Este acto se suspendió como medida de ahorro. Acto seguido, se llevó a cabo un sentido homenaje a los caídos por España.
A partir de ese momento, se inició el desfile terrestre y aéreo, en el que estuvieron presentes los efectivos del Grupo de Regulares Número 52 de Melilla La mayor parte los de militares que participaron en la parada, que con contó con un número similar a los 2.600 que desfilaron el año pasado, lo hicieron a pie, a excepción de la unidad motorizada de la Guardia Real y la unidad de veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil.