Para nadie es un secreto que el patrimonio de Melilla es demasiado rico como para pasarlo por alto o infravalorarlo. Ya sabemos que mantenerlo vivo será prácticamente imposible si no mejora la conectividad con la península o se frena la emigración del talento local. Pero, en un escenario ideal, la revitalización turística de la ciudad tiene como carta de triunfo el aprovachamiento de su acervo patrimonial.
Así lo ha dejado claro la Fundación Melilla Ciudad Monumental (FMCM) en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), donde participa por segunda vez. Ante la crema y nata del sector de los viajes y el ocio, la FMCM expuso en Madrid 16 rutas iconográficas patrimoniales, que son de lo más relevante de su programa para 2022.
Este proyecto nace de entender a Melilla como una tierra ecléctica, "recorrida por las fragancias de la fusión socio-cultural", capaz de unir las aristas gastronómicas, arquitectónicas o artísticas; y como "una ciudad mediterránea y europea plantada en el norte de África, capaz de conectar e interrelacionar un patrimonio único", de acuerdo con la presidenta del Ejecutivo de FMCM Betlem Planells.
A tenor con Planells es un reto atender a Melilla como territorio "de connotaciones diferenciadas", que debe verse nacional e internacionalmente como "faro turístico-cultural, sostenible y diversificado", en el que lo más atractivo para el visitante sea la experiencia de andar y desandar el patrimonio local.
Por eso, las rutas delineadas por la FMCM abarcan itinerarios histórico-patrimoniales, "identificadores de algunas de las arterias más cromáticas que recorren el tejido cultural y humano de Melilla". En palabras de Planells, "los vectores integrantes de su patrimonio arqueológico, histórico y natural", conforman "un activo fundamental para coadyuvar al desarrollo económico de la ciudad y alimentar su proyección turística".
Se sustentan en relatos con "un cimiento histórico", donde "se acrisolan el arte, la música o el teatro", para aportar a los turistas nuevas y enriquecidas interpretaciones. Dicho de otro modo, componen un especializado catálogo de actividades turístico-culturales bajo la identidad de una Melilla Patrimonial, que "mima" la memoria para que los viajeros pueden captar "el brillo de una ciudad-frontera, especial como pocas", dice Planells.
No obstante, este manera de valorar, proteger y difundir el patrimonio es igualmente una forma de avivar el sentido de pertenencia y el orgullo de los habitantes de Melilla. No es un proceso solo de acceso a sus espacios, sino que, bien pensado, contribuiría a dinamizar la economía regional.
El tesoro detrás de 16 innovadoras rutas
Entre los innovadores caminos comprendidos en el programa 'Experiencias de fusión. Las rutas de la Melilla Patrimonial' sobresale el de 'Estampas ocultas de una ciudad fortificada', con recorridos por fortificaciones poco frecuentadas.
También se encuentran las rutas 'Mi mascota y yo' y 'Tríptico Abaluartado de las Victorias y sus galerías subterráneas'. La primera de ellas redescubre el patrimonio histórico de los recintos fortificados a través de una yincana donde participan las mascotas y celebra el Día Internacional del Perro. La segunda, transita por la Melilla ilustrada de los ingenieros militares del XVIII.
Por otro lado, con un matiz familiar, destaca la ruta 'A la búsqueda de la mina secreta' que, a modo de yincana cultural, plantea un reto divertido e instructivo para el aprendizaje del patrimonio ubicado en el cuarto recinto fortificado.
En tanto, la experiencia de realidad virtual 'La mina de la Puntilla' incluye la creación de un espacio fotogramético y se enfoca en el asedio de Melilla de 1774-1775, llevado a cabo durante cien días por el sultán de Marruecos, especialmente en los aspectos de la guerra de minas.
En el ámbito de la realidad virtual se proyectan además "El vigía virtual", que permite el acceso a los recintos amurallados y las galerías de minas; y "Memorial de las Victorias. La romanza de la Guerra Civil de Carlota O’Neill", que dispone recorridos (incluso con técnicas de Realidad Aumentada) por el fuerte de Victoria Grande, donde estuvo la primera cárcel de mujeres políticas en España durante la Guerra.
Al mismo tiempo, con el apoyo de monitores especializados, 'La ruta patrimonial en kayak' se pasea por el litoral melillense para conocer el trazado del cargadero del mineral, su bahía, la cala de Trápana, la muralla de las Cruces, el edificio del faro, el baluarte de la Concepción y el arco de Trápana, entre otras estampas.
En conmemoración al Día Mundial del Modernismo, se halla la ruta 'Istmos arquitectónicos de una ciudad ecléctica', que va desde la plaza de España hasta la fuente del Bombillo. Y, para recordar el histórico conflicto armado y el centenario de la entrega del Expediente Picasso en el Consejo Superior de Guerra y Marina, está la de 'Annual, 1922-20220.
Igualmente se prevén los intinerarios de 'La Hija de Marte', destinado a desentrañar la realidad melillense del primer tercio del siglo XX a través de la estela del escritor, periodista e ingeniero militar Francisco Carcaño; y el de 'Extramuros. Más allá de las fortificaciones', que aborda el nacimiento de los dos primeros barrios extramuros de Melilla, el Mantelete y el Polígono, a finales del siglo XIX.
Hay espacio a la vez para 'El art-déco en Melilla', una ruta conmemorativa de los 90 años de la inauguración del cine Monumental, el 19 de marzo de 1932; y para 'El Pueblo en dos ruedas', un recorrido por Melilla la Vieja, que combina el uso ecológico de la bicicleta y la orientación cartográfica y monumental.
En otro sentido, resaltan 'Estelas Mineras', que recuerda el trazado histórico de la industria vinculada a la explotación de hierro; y 'Paisajes sin edad', que apoyan asociaciones infantiles, juveniles y de mayores.