En el pleno de la Asamblea se aprobó por unanimidad la bonificación de la tasa del uso de las terrazas para los próximos cuatro años. Una buena noticia para los hosteleros que han sido duramente golpeados por la pandemia, en la primera y la segunda ola, por medio de los cierres para frenar la propagación del virus.
En varias concentraciones, durante octubre y principios de noviembre, pidieron que les permitieran trabajar y que llegaran las ayudas para hacer frente a los compromisos propios del sector. La hostelería subió sus persianas hace unas semanas con la esperanza de comenzar su recuperación en la temporada de Navidad.
Se han adaptado a limitaciones de horario, nuevas formas de trabajar incluyendo el delivery en sus servicios, cumplen -la mayoría, porque fue denunciado un establecimiento que incumplía las normas- las medidas higiénico-sanitarias, la distancia de seguridad, el control de aforo y el uso de mascarillas.
Su vista estaba puesta en la ampliación de horarios para así poder extender el servicio para los melillenses y comenzar, a paso lento, a recuperarse. La última orden publicada en el BOME de la Ciudad, de fecha 8 de diciembre, generó malestar en el sector porque aunque comienza la desescalada en la cultura y se reabren los salones de juegos, a los hosteleros se les ratificó su hora de cierre, las medidas de sanidad y el aforo.
La situación sanitaria ha mejorado en la ciudad, pero aún no parece que sea el momento de que bares y restaurantes puedan ponerse en marcha a tiempo completo, existe una gran incertidumbre sobre como la ampliación de los horarios podría influir en la lucha contra la pandemia y que se produjera un retroceso. Se antoja complicado que se pueda cumplir con los deseo de los hosteleros. Por eso, es imprescindible que el Gobierno local eche el resto con las ayudas al sector, hay que poner todas las herramientas necesarias para mitigar el castigo que está sufriendo uno de los principales motores económicos de la ciudad.