Miles de melillenses, hasta 2.000 en solo tres días, se habrían desplazado a la península, una cifra escandalosa si tenemos en cuenta que hay impuesto un cierre perimetral debido a la pandemia de coronavirus. Y es que no podemos olvidar la situación epidemiológica en al que se encuentra nuestra ciudad, con una incidencia acumulada desbocada, la más alta del país, y a un paso de que se tengan que cerrar empresas y comercios para poder poner freno a al expansión de virus.
Pero aún así, hay quien no parece entender el delicado momento en el que nos encontramos, ignora las advertencias y no cumple con las normas.
Si bien las autoridades han impuesto la obligación de presentar una justificación para poder viajar, lo cierto es que si nos atenemos al elevado número de desplazamientos parece que ha existido una relajación en la tarea de verificar la documentación de los pasajeros. Si se impone una norma no solo es obligación de los ciudadanos acatarla, sino que también es responsabilidad de las autoridades velar por que cumpla y poner los medios necesarios para ello. La medidas que se aplican tienen que tener consecuencias reales, no son solo palabras escritas y publicadas en el BOME para que luego nadie se preocupe en cumplirlas ni de supervisarlas.
Por desgracia, la situación ya se ha producido, y sufriremos los efectos en los próximos días con un más que probable repunte de los contagios, con la consecuencia que esto tendrá para los servicios sanitarios y la salud del conjunto de la ciudadanía.
Aún se está a tiempo de evitar que el mal sea mayor y que lo que hemos visto estos días no se repita durante la Semana Santa. Es obligación de todos ser responsables, atender a las ordenes sanitarias y evitar desplazamientos innecesarios. Y la Administración no puede quedarse dormida, debe actuar con firmeza y rapidez para poner todos los medios necesarios para hacer cumplir as normas que ella misma ha impuesto.
Los primeros que no acatan lo dispuesto en el BOME son los dirigentes políticos de esta ciudad -Aberchan Mustafa, el superconsejero Moh, Currojimenez Latif Fahmi y la boda del siglo- y los protegidos progres cineastas de la película rodada recientemente y su fiesta hotelera.
Además, no hace falta ser muy listo ni estar ciego para ver la enorme cantidad de sarnidos y mugrosos que pululan a todas horas por supuesto sin mascarilla-inclusive de madrugada sin control policial alguno hacia ellos- y salvajes motorizados, fumadores egoístas que te echan el humo a la cara, runners también desprovistos de mascarilla, etc.
¿De qué sirvió cerrar hostelería, comercios, instituto, universidad, bibliotecas a las 19 h? Ya se lo digo yo, solo para penalizar al ciudadano responsable, cercenar el derecho a la educación y al estudio y para provocar un daño en muchos casos irreparable en comerciantes, hosteleros y arruinarnos.
Lo que tienen que hacer las policías- inclusive la local y su flamante superintendente y nuevos inspectores-es movilizar a sus chicos y dejar de dar paseos en coche por el paseo marítimo y avenida y pasarse por los barrios donde todos sabemos que se incumple y sancionar sin miramientos. Ahh y los movilidad con su legendaria diligencia para multar coches podrían salir de su ratonera fronteriza en la que no pintan nada y pasarse por los susodichos barrios.
Al final solo se ceban con el ciudadano normal al que pretenden someter a un régimen carcelario y con su familia peninsular a la que deben atender.