La asociación ecologista hace un repaso al estado medioambiental de Melilla con motivo de la celebración, mañana, del Día Mundial.
La asociación Guelaya–Ecologistas en Acción en Melilla criticó ayer que la Ciudad aún no haya comprado los contenedores amarillos para el reciclaje de envases, cuando este objetivo está recogido en el Plan de Gestión Integral de Residuos de 2012. En nota de prensa, la asociación critica la falta de concienciación ciudadana a la hora de reciclar, lo que se traduce en que Melilla sea una de las regiones españolas en las que menos se recicla a pesar de que a diario se generan 120 toneladas de basuras y residuos.
Además, esta cifra excede la capacidad de la propia planta incineradora, 100 toneladas diarias, en la que se basa toda la gestión de residuos en Melilla. Guelaya lamenta que la Ciudad no sopese otras alternativas que aprovechen mejor los residuos y sobrecargue la incineradora, cuando el objetivo que se están marcando los países de la Unión Europea es que este sistema vaya desapareciendo. “Hablar de yacimientos de empleo, de apoyo al tejido empresarial, que intenta crear puestos de trabajo con las basuras, es música celestial para una sociedad en crisis. Es pensar que el medio ambiente no es el problema, sino la solución”, aseguró la entidad.
Guelaya critica que Melilla sea la región que menos recicla, pero sobre todo que las autoridades correspondientes “no hagan nada” para corregirlo.
“Conseguir que los porcentajes de materiales recogidos de forma selectiva para su reciclaje en Melilla se acerquen a las medias españolas es un objetivo ineludible, pero no vemos que se esté haciendo nada para conseguirlo”, lamentó la asociación melillense.
El problema del agua
Mañana se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente y desde Guelaya analizan la situación de Melilla en aspectos, como el recurso natural más preciado: El agua. “No hace falta hacer ningún estudio riguroso sobre el tema. Basta con observar a la gente en las fuentes o en los supermercados para darse cuenta de que los melillenses seguimos sin poder beber el agua del grifo”, lamentaron.
“¿Cómo se piensa solucionar el problema?”, se pregunta Guelaya. “Pues muy sencillo, haciendo lo mismo que ya se ha hecho: Ampliar la desalinizadora porque, de pronto, parece que hay problemas con los pozos. Es verdad, están sobreexplotados, pero eso es lo que decía un informe de la Confederación Hidrográfica hace 30 años”, recuerda la asociación. Guelaya recordó que desde hace años viene criticando “la contaminación de la desalinizadora, su elevado gasto económico y energético, el tratamiento de los cauces y la desaparición del río de Oro de la geografía española, al que no le dejan ya llegar al mar”.