Guelaya-Ecologistas en Acción ha organizado para este domingo, día 9 de febrero, al mediodía, en el Cuartel de Santiago, una acción de protesta con los lemas ‘Salvemos el arbolado del Cuartel de Santiago’, ‘No más arboledas destruidas’ y ‘Cuando salvas un árbol, estás pagando tu deuda, a ellos debes la vida’.
Desde la organización ecologista, Rosa González se muestra de acuerdo en que la Ciudad Autónoma construya viviendas y polideportivos allí después de la cesión de los terrenos por parte del Ministerio de Defensa, “per no con que se arrase el arbolado del cuartel”.
Según cuenta González, hay referencias del palmeral que hay en la puerta desde 1920 y dentro del cuartel, que data de principios del siglo XX, hay una serie de ficus igualmente centenarios.
“Proteger nuestro arbolado centenario es proteger nuestro patrimonio natural”, apunta la representante de los ecologistas, quien informa de que la acción del domingo va encaminada a llamar la atención sobre la necesidad de preservar no sólo este arbolado del cuartel de Santiago sino, en general, el arbolado de los cuarteles que se están abandonando en Melilla.
En este sentido, González avisa de que, ya que la ciudad cuenta con “muy poquito” terreno de extrarradio libre de cemento, por lo que es necesario “conservar a ultranza las pocas zonas verdes que tenemos”.
La organización ecologista anima a los melillenses a participar en la acción de protesta, que se verá animada con un pequeño concierto, para “llamar la atención sobre la necesidad de proteger estas pequeñas joyas”.
Orgullo de Melilla
En sentido parecido se pronuncia Manuel Tapia, para quien “cualquier pueblo que se precie se sentiría orgulloso de poseer árboles centenarios” como en el caso de Melilla en sus cuarteles.
Tapia califica estos árboles como “joyas naturales” y destaca que son singulares por su tamaño, edad o altura, entre otras características.
Por ello, anima a todos los ciudadanos a trabajar para que no desaparezcan estas arboledas, “absolutamente necesarias para que no siga aumentando la temperatura en tiempos inciertos de cambio climático”.
“La construcción sin respeto nos conduce a situaciones de grave riesgo como la deforestación y la pérdida de biodiversidad”, reprocha Tapia, quien insiste en que “la ciudadanía debe adoptar una actitud racional y de protección del entorno del que formamos parte”.