Fernando Grande-Marlaska vuelve hoy a Melilla. De la última vez han pasado casi dos años, pues estuvo en la ciudad autónoma el 17 de abril de 2023 diez meses después del 24J –cuando murieron, según cifras oficiales, 23 inmigrantes al intentar saltar la valla- para visitar la Comandancia de la Guardia Civil dar las gracias y expresar su apoyo a los agentes aquí destinados.
Si la anterior ocasión que vino el ministro del Interior fue apropiada –aunque quizás un poco tarde de lo debido-, también lo es en esta ocasión, pues, además, va a visitar el paso de Beni Enzar y se esperan noticias sobre cuándo se pondrá en marcha la frontera inteligente.
Es este un mecanismo muy esperado por los ciudadanos a tenor de las declaraciones que desde la Delegación del Gobierno se han realizado de manera reiterada acerca de que contribuirá a reducir ampliamente los tiempos de espera en la frontera, que es algo que, en ocasiones, se hace insoportable, sobre todo durante los fines de semana y fiestas especiales del calendario musulmán.
Además –y este no es un detalle menor-, teóricamente ayudará a controlar mejor el paso de terroristas desde Marruecos hacia Melilla y posteriormente en dirección a la península y el resto de Europa.
Es posible que tenga que responder a preguntas sobre otros asuntos. Por ejemplo, qué opina acerca de las acusaciones del PP hacia el Gobierno central por, según dicen, descuidar Melilla. Probablemente el ministro no pensará igual que los populares, pero tendrá que aportar pruebas sólidas al respecto en un momento en que existen problemas con el nuevo contrato marítimo –con la pérdida de conexiones, sobre todo los fines de semana a Almería-, con la bonificación a la Seguridad Social –después de la pérdida del 50 por ciento de que tradicionalmente habían gozado los empresarios locales-, con la no reapertura de la aduana o con el régimen de viajeros, entre otras circunstancias.
Su visita se realizará, por otra parte, tan sólo un día después de conocerse los datos del paro correspondientes al mes de enero, que no han sido buenos a nivel local para Melilla y tampoco a nivel nacional para el conjunto de los españoles.
Y, aunque ni el transporte ni la economía sean competencias de su departamento, el clima de su visita no será el más apropiado, con muchos ciudadanos –y, particularmente, muchos empresarios- muy enfadados con el Gobierno. Habrá que ver si el ministro es capaz de calmar las aguas.