Cuentan con un sistema de mando y jerarquía interna para organizar el tránsito de porteadores.
¿Qué papel juegan los conocidos como ‘gorrillas’ en el paso fronterizo del Barrio Chino? En resumidas cuentas, se ocupan de ordenar el tránsito de porteadores que se dirigen hacia Marruecos cargados de mercancías. Su actividad cuenta con unas normas de organización y jerarquía básicas que marcan quién saca mayor beneficio económico a lo largo del día.
Así, hay que diferenciar entre los ‘gorrillas’ y los ‘chalecos’, fácilmente reconocibles por las prendas de vestir que les dan nombre y que suelen ser amarillas o naranjas. Ambos se encargan de canalizar el flujo del comercio atípico, estando los ‘gorrillas’ en un escalón de mando superior al de los ‘chalecos’, según explicó la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Melilla a El Faro en la jornada de ayer.
La cosa no queda ahí, pues dentro de cada grupo también hay distintos grados de poder. Así, cada ‘gorrilla’ luce un número que indica su posición dentro de la jerarquía interna que tienen, siendo el ‘número 1’ el de mayor poder.
La AUGC admite que en algunas ocasiones estas personas tienen mayor poder de influencia y de autoridad ante los porteadores que la propia Guardia Civil, principalmente porque buena parte de los agentes de la Benemérita no habla el tamazight, algo que sí hacen los ‘gorrillas’.
“Es duro tener que ordenar una cola donde hay cientos de personas cargadas con pesados fajos de mercancías. Suele haber mucho nerviosismo y ansias por colarse. En la frontera no hay suficientes agentes para llevar a cabo esta labor con garantías de éxito”, subrayaron. “Es un auténtico desmadre”.
El beneficio que sacan ‘gorrillas’ y ‘chalecos’ con todo esto es cierta compensación económica por parte de los porteadores y de los dueños de las mercancías a cambio de mantener el orden en la cola y agilizar el tránsito. Además, alguno suele llevarse algún dinero extra por dejar pasar determinados fardos antes que otros.
El ‘castigo’ que imponen estas personas a los que intentan saltarse la cola es el de desbaratar su fardo. Así, suelen rajarlo de arriba a abajo para obligar al porteador a salirse de la fila a reordenar sus mercancías. Fue en una de estas acciones cuando un ‘gorrilla’ hirió de manera involuntaria a un guardia civil el pasado martes en el Barrio Chino. Justo cuando procedía a romper un fardo con un cuchillo, cortó al agente en la mano de manera fortuita.
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