El presidente de la asociación cultural Gitanos del Siglo XXI afirma que la raza y la cultura gitana está integrada en Melilla bastante bien y sus relaciones con el Gobierno de la Ciudad Autónoma son excelentes.
Los motivos de este éxito conseguido por los ciudadanos de raza gitana en Melilla no es algo que se ha conseguido de la noche a la mañana, sino que ha sido la labor y la buena conducta a través de los siglos lo que ha hecho que los gitanos sean bien vistos en Melilla y estén integrados aquí como en ningún otro lugar de España.
El primer registro de la ,presencia gitana en Melilla data de 1635. En aquel entonces, Melilla era una especie de ciudad presidio, llamada así como 'Los Presidios de África'. En esta época los ciudadanos de étnia romaní vivieron de forma involuntaria. Sin embargo, la presencia voluntaria de romaníes en Melilla data de principios del Siglo XX.
Los romaníes vivieron a Melilla por un motivo fundamental: "El gitano desde que se conoce es experto en el hierro y en Melilla se estaban saldando algunas batallas". En el transcurso de las diferentes contiendas que tiene España con las cábilas rifeñas del antiguo Protectorado, se necesitan herreros para mantener el conflicto armados con éstos.
Es por este motivo por lo que vivieron los ciudadanos de raza gitana a Melilla. Los romaníes fueron los que acrecentaron de manera superlativa el oficio de herrero por motivos de la guerra. Así mismo, vinieron a Melilla gran cantidad de gitanos herreros.
Dada la dureza rocosa del terreno, hacen falta herraduras para calzar a los caballos y se da una orden desde Melilla a Cádiz y Sevilla y la mayoría de los herreros que vienen a Melilla son gitanos. "Vienen aquí, se enrolan en el ejército y algunos hay constancia que salen hasta de tenientes".
Según las indicaciones del presidente de la Asociación cultural 'Gitanos del Siglo XXI', los romaníes que llegan a Melilla vienen a aportar algo a la sociedad que los recibe, en este caso la sociedad melillense. "Cuando se viene a aportar y no se viene a molestar hay otro concepto de ti".
Por este motivo resalta Heredia que Melilla es el ejemplo de los gitanos en España por antonomasia en materia de integración. Los gitanos ayudaron a sus compatriotas a ganar una guerra que entonces era de vital importancia para el prestigio nacional frente al resto de potencias europeas. Después de alcanzar la paz, llegan al Norte de África vendedores ambulantes, ya que todo el Norte de África en lo que concierne al Protectorado. Esta zona se presenta a la étnia romaní como una nueva esperanza de vida. Así que en un lugar como éste que no existe a penas nada en materia de género, los gitanos traen las sábanas, la alpaca para hacer los trajes, etc, etc. Con lo que nuevamente en tiempo de paz, la segunda generación de gitanos que toman suelo melillense y español del protectorado llegaron a aportar y es por ello por lo que Heredia señaló que fueron muy bien recibidos.
En la Década de los 60, hay un hombre que es muy importante para la comunidad gitana de Melilla, llamado, Ginés Adán Ávila. Las autoridades de la ciudad dictaminan que a los gitanos hay que dotarlos de viviendas. Ginés Adán consigue que los gitanos se fabriquen sus propias casas con su ayuda. Heredia apuntó que esto hace que sea un proyecto trasversal, ya que consigue tres líneas de actuación: En primer lugar, dotar a los gitanos de una vivienda digna, en segundo lugar, formarlos en una profesión ya que muchos fueron albañiles después de este proyecto y después y quizás la más importante, perder el miedo al contacto con la raza gitana.
En otros lugares, a través de seis siglos de persecución sistemática, el gitano se crea una coraza al exterior y Ginés Adán es una persona que destruye ese miedo, es por lo que como señala Manuel Heredia, Melilla es un ejemplo en la integración gitana.
En la actualidad, si tomamos a los gitanos con una ascendencia pura gitana, habrá unos ciento cincuenta o doscientos ciudadanos melillenses de raza romaní, pero si vemos a personas que tienen una procedencia con algún tipo de mezcolanza que mantengan la cultura gitana, habrá entre setecientos y ochocientos ciudadanos.