La profesionalización de las mujeres deportistas es aún un interrogante dentro del deporte español. El pasado mes de febrero se aprobó el anteproyecto de la nueva Ley del Deporte, el cual sustituiría a la ley de 1990. Uno de los mayores objetivos es garantizar la igualdad conforme al deporte femenino, en el que se busca proteger la maternidad, otorgar las mismas cuantías económicas en los premios de cualquier competición. En la ley de 1990, solo se obligaba a profesionalizar las ligas masculinas de fútbol de primera y segunda división y la Liga ACB de baloncesto. El Faro habló con la jugadora del equipo de fútbol sala Torreblanca, Gema Las, para preguntarle por la situación de las mujeres en el ámbito deportivo a nivel profesional.
–¿Cuál es su situación laboral como futbolista?
–No tengo un contrato como profesional. Sí es cierto que en nuestro equipo hay dos o tres mujeres que son de fuera que sí tienen un contrato profesional, pero las que somos de Melilla, ninguna.
–¿Ha habido algún caso en Melilla en el que alguna deportista haya tenido un contrato profesional?
–En la ciudad no.
–¿Es notable ese machismo institucional en el que se respalda una ley obsoleta como es la de 1990?
–Sí. Un contrato profesional debería realizarse a todas las mujeres que jugamos en un equipo. Ya hay diferencia en los contratos que tenemos las integrantes de una misma agrupación.
–Aún así, ¿ha notado algún tipo de evolución en su deporte?
–Un poco sí. En detalles como en la ropa deportiva: si antes teníamos una equipación, ahora tenemos tres. También en los viajes porque antes no hacíamos muchos o teníamos que llevar coches. Sin embargo, estoy viendo que la Ciudad está apostando más por nosotras.
–En base a la diferencia en el tipo de contratos entre las integrantes del equipo, ¿tenéis entonces un salario distinto?
–Sí, pero no sé lo que tiene cada jugadora pactado con el presidente, pero es cierto que algunas cobran más y otras menos.
–¿Cree que hay una falta de transparencia en este ámbito?
–Sí, lo suyo sería que todas cobrásemos iguales o que, al menos, todas tuviésemos un contrato profesional. Entrenamos las mismas horas y jugamos los mismos partidos. Otra cosa son los goles que se marquen.
–¿Desde su equipo, tienen que estar compaginando el fútbol con otro trabajo o formándoos en otra cosa?
–Sí, yo me estoy formando paralelamente. Otras de mis compañeras se dedican expresamente al fútbol, pero es cierto que a nosotras este deporte no nos da de comer. Hay que estar comprometiéndose, pero también sacar tiempo libre y dedicarse a otra cosa.
–En cuanto a conciliación familiar, ¿ha habido algún caso en su equipo en el que una mujer se haya quedado embarazada y se haya visto con dificultades para seguir en el fútbol?
–No conozco ningún caso aquí, solo a una de fuera que jugaba en la liga local y dejó el equipo cuando se quedó embarazada.
–¿Por qué cree que se ha tardado tanto en replantearse la situación laboral de las mujeres en el deporte?
–Creo que se lo han propuesto ahora porque están viendo que las mujeres estamos ganando títulos, o que llenan estadios como pasó hace poco. Esto crea afición y salimos en los medios de comunicación,algo que es muy importante.
–¿Tiene algún referente dentro del fútbol femenino?
–No (risas). Me gusta mucho ver fútbol femenino, y conozco a mucha gente, pero no tengo referente más que nada porque no hay nadie que viva del fútbol para que sea alguien de referencia.
–¿Y cree que actualmente hay más chicas interesadas en jugar al fútbol?
–Sí, creo que poco a poco hay más. De hecho, yo entreno a un equipo de niñas entre los 12 y 13 años. Tenemos un equipo bastante bueno. Es verdad que nuestro equipo, el Torreblanca, ha sido referente para que estas niñas se animen a jugar. Les hace ilusión.
–¿Cuál cree que es rol de la mujer en la sociedad actual?
–Creo que tiene un rol muy importante. Sin mujer no hay mundo. Somos muy relevantes en el ámbito laboral, en el deporte y en todo.
–¿Se ve como un referente para otras niñas o mujeres?
–Creo que sí, puede que para las niñas a las que entreno. Además, muchas personas me preguntan cuándo juego. Les gusta saberlo.