Es evidente que Melilla ha gestionado un importante nivel musical a lo largo de estos años como así se desprende de la programación de importantes actividades musicales que se han celebrado en la ciudad a lo largo de más de 25 años de actividades musicales. En especial, con motivo de la festividad de Santa Cecilia. Pero, sobre todo, del hecho trascendental para Melilla y los melillenses tras la puesta en marcha del Conservatorio de Música.
A partir de entonces, las clases impartidas por los profesores del Conservatorio han sido, son y seguirán siendo, uno de los objetivos para que los melillenses puedan canalizar sus conocimientos musicales y labrarse un porvenir, superado el primer ciclo en Melilla, para proseguir y superar los distintos cursos en las distintas especialidades en Conservatorios Superiores de la península.
Por otra parte, la reconocida labor musical de la asociación ‘Amigos de la Música’ para dar a conocer a los melillenses la importancia de la música clásica a través de diferentes conciertos en la ciudad. Tanto es así, que muchos de los conciertos impartidos a lo largo de estos años han tenido tanta calidad como en cualquier otro lugar de la península. Lo que es de agradecer. Y más aún, teniendo en cuenta que la Asociación dispone solamente de la cuota de sus socios. Aunque, digámoslo, también en ocasiones, con el patrocinio de algún concierto por la consejería de Cultura. Evidentemente hablamos de música clásica. Aunque siempre habrá personas que les guste otro tipo de música: la música popular, por ejemplo. De igual manera que a otros les gustará más la música jazz. Pero siempre habrá quienes se decanten por la ópera, la zarzuela, el flamenco o la música de órgano
Llegados a este punto, convendría quitarnos ya a los españoles el sambenito que nos han colocado los franceses, referente a la cultura musical clásica, acuñando además la polémica frase: “La mayor cantidad de ópera que puede asimilar un español es la zarzuela”. A todas luces injusta. Tal es así que no es fácil encontrar localidades para asistir a los grandes conciertos de ópera en Madrid, Barcelona, Bilbao y Málaga.
No obstante, lo verdaderamente importante es dar a conocer la música en todas sus variantes. Por ejemplo, el jazz. En este caso concreto le cabe ese honor a la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) al ser los pioneros del jazz en la ciudad, tanto por la magnífica organización y desarrollo de las Jornadas de Jazz, como por los grupos participantes de bandas e intérpretes solistas: Pedro Iturralde, J.Colina y Campuzano, entre otros. En este terreno, también hay que señalar el mismo éxito que los organizados en cualquier otro lugar de la península. Bien es verdad que con la estimable colaboración del gran conocedor de jazz, Claudio Cifuentes (q.e.p.d) colaborando todos los años con la celebración del Jazz en Melilla y en su calidad de director que fue del Programa de Jazz de Radio Nacional de España.
También es evidente que la cultura musical de Melilla ha evolucionado considerablemente en estos últimos años. Por tanto, nuestro reconocimiento a aquellas personas y entidades que contribuyeron y contribuyen con su esfuerzo y trabajo en conseguir que el nivel musical de la ciudad continúe en esa línea de calidad y difusión de la música para todos los melillenses. Por ejemplo, destacar el buen hacer y la importancia de la Orquesta y Banda Municipal y Coros ‘Ciudad de Melilla’ junto con otras e importantes asociaciones, entre estas, la asociación ‘Padre Victoria’ que dirigía su director (q.e.p.d.) don Mariano Salgado
Por otra parte, y desde tiempos inmemoriales cabe destacar las distintas Unidades de Música de los distintos Regimientos que han difundido la cultura musical a través de los desfiles del Día de la Fuerzas Armadas. Pero en especial, a mi juicio, en el concierto dirigido por el comandante Francisco Grau, director que fue de la CONGEMEL Asimismo, la magnífica interpretación de la Orquesta Casa del Rey con motivo del V Centenario de Melilla. Hoy en día, la Unidad de Música de la Comandancia General de Melilla continua con sus habituales y diversos conciertos, especialmente los celebrados con motivo del l2 de Octubre y Fiesta de la Hispanidad y de las Patronas de los diferentes Regimientos y actuando en asociaciones, centros de Mayores y centros de Enseñanza.
Pero quizás el Concurso Nacional de Piano ‘Ciudad de Melilla’, celebrado a lo largo de varios años y organizado por funcionarios de Cultura, bajo la dirección de los directores provinciales de cultura, en especial, José Luís Fernández de la Torre y de sus gestiones con la dirección General de Música del Ministerio de Cultura y recibir las subvenciones precisas para que pudieran celebrarse a lo largo de las XII ediciones e igualmente para que pudiesen desplazarse a Melilla los miembros del Jurado, conocidos músicos de nivel nacional e internacional. El Concurso adquiría así un alto nivel como consecuencia de las obras seleccionadas para las Pruebas Eliminatorias y Final exigidas en las Bases del Concurso. Por otra parte, el ‘Premio Ciudad de Melilla’ suponía un gran aliciente para el concursante en calidad de concertista al impartir cinco conciertos en distintos lugares de la geografía española que él decidiera, a excepción del quinto concierto que sería en Melilla e inaugurando el Concurso del año siguiente y formando parte del Jurado. Aparte, claro está, del premio en metálico. De la importancia del Concurso, nos cabe la satisfacción del concursante Javier Perianes, que llegó a actuar como pianista-solista en la Orquesta de Radio Televisión Española.
Pero, lamentablemente, con las transferencias en materia de cultura a la Ciudad Autónoma, al carecer de las subvenciones, no pudieron seguir celebrándose. Precisamente, cuando ya los alumnos del Conservatorio de Melilla, la dirección y profesores confiaban en que alguno de los alumnos participaría en el Concurso. Incluso prosperaba ya la idea en Cultura para que el concurso adquiera la condición de ‘Concurso Internacional de Piano ‘Ciudad de Melilla’’. Lamentablemente no pudo ser.
En otro orden de cosas, conviene recordar que Melilla ha tenido buenos ejemplos no solo de difusión de la música, sino de creación musical. Quizá el menos conocido, pero con reconocimiento en otros países, fue don Julio Moreno, miembro de la sociedad de Autores de Bélgica. Y, por supuesto, destacar en tiempos más recientes, al maestro de guitarra clásica y flamenca, don Antonio Catalá (a quienes la ciudad les debe un merecido homenaje).
Mención especial requiere la asociación Amigos del Órgano a través de los conciertos impartidos por el organista y profesor de Música, Francisco Javier Martínez Monreal, en el templo del Sagrado Corazón de Jesús. No tan solo impartiendo conciertos, sino también y además, en esa otra meritoria labor de gestión para recuperación y restauración del viejo órgano. Por cierto que el viejo órgano fue adquirido por subvención popular, iniciándose ésta con un donativo de 3.000 pesetas del Obispado de Málaga hasta completarse la cantidad de l6.000 pesetas importe total. Se inauguró, previa bendición, el 27 de octubre de1927. Fue construido por Pedro Guis de Guillemin en los talleres de Granada. No obstante, un espectacular rayo cayó sobre el capitel de la iglesia que lo dejó casi inservible. De ahí las denodadas gestiones de Martínez Monreal por recuperarlo. Lo que así ha sido.
Quienes hemos escuchado sus conciertos hemos disfrutado de la buena música. Y, como no podía ser de otra forma, de la excelente música del gran compositor y maestro, Juan Sebastián Bach, interpretado magníficamente por Javier Martínez Monreal. Asimismo de otros creadores de música para órgano.
Continuando el recorrido de cultura musical melillense no podemos olvidarnos de la Orquesta Sinfónica y Banda a través de sus muchos conciertos. Y, por supuesto, en el ‘Concierto 25 Aniversario’ en el Kursaal con la participación de los ‘Coros de Melilla’.
En definitiva: con la música a todas partes. Incluida la Escuela de Música y Danza en sus variados programas, tanto musicales como de canto y baile. Y también al grupo ‘Bombalurina’ con sus multitudinarias representaciones y el cartel de “agotadas las entradas”. También a la asociación de flamenco que imparte cursos en la especialidad de guitarra, cajón y baile. Y, por supuesto, a los distintos grupos de música moderna que nos sorprenden aún hoy y nos invitan a participar de aquella música vitalista y bailable de los años setenta-noventa a través de sus conciertos en diferentes lugares de la ciudad.
Para terminar esta extensa crónica, es evidente que la situación actual, tanto pandémica como económica, genera dificultades para dar continuidad a las actividades musicales. No obstante, respetando siempre las normas establecidas, sin duda que la música aportará siempre un buen momento cultural y de ocio para los melillenses que quieran disfrutar de los conciertos que se impartirán este año en Melilla.
¡Ojalá que Santa Cecilia esté al quite para que todo sea un éxito en los conciertos y celebraciones de Música en Melilla!
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