La subida del precio de la electricidad comienza a sentirse entre los melillenses, que han notado una variación al alza en la facturación.
Jesús, un melillense, señala en declaraciones a El Faro que ha visto un incremento en el precio de la electricidad, pero también en productos de alimentación y otros.
“Los alimentos de primera necesidad también han subido por mucho que se diga que no, han subido también”, dijo.
El incremento en los precios de la electricidad y de algunos alimentos ha alterado los presupuestos familiares.
Benaisa, otro melillense, también ha sentido el incremento en la facturación. “Yo pago una media de 30 euros y estoy pagando cincuenta y tantos euros. Es exagerado”, asevera.
En su experiencia ha notado cambios en la facturación de la electricidad desde hace un año.
Por su parte Celia, una melillense, señala que no ha notado cambios en la factura de la electricidad, pero no descarta que ocurra. “Hasta ahora pago lo mismo. No sé si más adelante me subirá”, dijo.
En la casa de Pilar, otra entrevistada, viven dos personas y ella ha visto un leve incremento de la electricidad.
“La verdad es que no he tenido mucho aumento porque somos dos personas pero algo ha subido. 10 euros aproximadamente. Diez, 12, 15 euros”.
Ella, como muchos melillenses, han tomado medidas para ahorrar energía y ahora pone las lavadoras los fines de semana.
Algunos establecimientos comerciales de la ciudad ya han notado el incremento en el precio de la electricidad llegando a triplicarse. Por ello, han tomado medidas como apagar las luces de los escaparates los fines de semana después del cierre, entre otras.
El presidente de la Asociación de Empresarios de la Hostelería en Melilla, Chakib Mohamed, señaló a El Faro que desde el mes pasado notaron un incremento de entre un 35 y 40 por ciento sobre el mes julio del 2020 y sobre el mes de agosto el aumento sería de un 100 o 120 por ciento.
La hostelería se venía recuperando después de meses de cierre producto de la crisis sanitaria del coronavirus y ahora hacen frente a los nuevos precios de la luz, que son un gasto fijo en sus finanzas.
Muchos empresarios de la hostelería se han tenido que endeudar por la pandemia y ahora enfrentan este incremento en un servicio básico. A través de los entes nacionales han expresado su inconformidad con los precios de la energía. “Es un aumento insoportable”, lamentó.
Durante la pandemia algunos empresarios melillenses de la hostelería pidieron créditos para mantenerse abiertos después de la crisis sanitaria y ahora pagan las deudas, aunque con trabas como la subida del precio de la electricidad.
Mohamed indica que su sector depende de la energía, pues trabajan con hornos, lavavajillas, frigoríficos y demás electrodomésticos que no pueden desconectar.
Tras meses cerrados por la pandemia y después, cuando subieron sus persianas, la hostelería soportó limitaciones de horario y de aforo, los empresarios tienen “poco remanente, pero hay que pagar porque es un medio de trabajo y no nos podemos negar a pagar”, dijo confesando que se encuentran “entre la espada y la pared”.
Asimismo, el presidente de los hosteleros melillenses reconoció que otros sectores, como el de panadería, están afectados por esta situación y algunos tienen un consumo eléctrico incluso superior.
Desde el sector y a escala nacional esperan que el Ejecutivo central tome medidas para frenar el incremento de la electricidad.
El tener el aire acondicionado encendido casi todo el día por las altas temperaturas del verano junto al incremento en el precio del kilovatio hora se siente en la facturación.
Marian Saez, dueña de una tienda en Melilla, explicó a El Faro que ha visto cambios en la facturación en los últimos dos meses llegando casi a triplicarse.
La luz da vida a las tiendas pero debido al precio de la energía, Saez tomó la decisión de “por la noche, los fines de semana" desconectar los escaparates "porque es un gasto continuo".
"Los escaparates comen mucho, son muchísimas luces y ya el sábado a mediodía, cuando cerramos, los apago porque es una subida que no me lo puedo permitir”.
El consumo en una tienda es alto, porque incluye las luces de los escaparates y las internas, la música, el ordenador, el aire acondicionado, entre otros.
Saez espera que se tomen medidas “ya” para frenar la subida de la electricidad.
El precio de la luz sigue en máximos históricos. El megavatio costará este jueves más de 188 euros frente a los 89 céntimos que costaba en enero de este año.
El presidente de la CEME-Melilla, Enrique Alcoba, cree que es pronto para evaluar el impacto del precio de la electricidad porque se registran subidas diarias pero señala que todos los ciudadanos sufren el incremento.
“Es pronto porque está subiendo a diario y cada vez se dice que es la tarifa más alta del año y mañana sale otra vez y así llevamos varios récord durante este año. Al final, lo sufrimos todos. Los consumidores y sobre todo los comercios que usan mucha luz con los aires acondicionados; los de alimentación con los frigoríficos, las cámaras de luz... Al final lo sentimos todos, mientras más gasto de energía, al final la factura será más superior y más problemática para llevar. Hay que tener en cuenta que al final será un gasto más”, dijo a El Faro.
Alcoba espera que se detenga la subida del precio de la electricidad y advierte que de no ocurrir, muchas empresas tendrán un problema con los gastos y con ello, los márgenes de beneficio serán cada vez menores.
Recuerda la dura situación que se vivió por la crisis sanitaria del coronavirus, el cierre -desde hace año y medio de la frontera con Marruecos- y ahora el incremento de la electricidad. Teme su agregando más problemas el balance de explotación sea cada vez más “negativo y deficitario”.
Cree que ya el consumidor final siente los incrementos, más aún cuando también están subiendo los combustibles, afectando el transporte.
Explicó que han subido los costos de los contenedores de mercancías que vienen a Europa desde Asia, duplicándose los precios. “Y todo eso repercute en el consumidor final porque el transporte de la mercancía que vienen desde las fábricas de aquí de España, al camión le cuesta casi el doble más llenar el depósito de combustible”, dijo, creándose un efecto dominó que afecta a toda la cadena.
Alcoba espera, como muchos empresarios y ciudadanos a escala nacional, la toma de medidas para frenar el incremento de los precios de la energía, porque de no detenerse a tiempo la subida “cada vez va a ser todo más complicado, cada vez va a haber menos ingresos, menos ventas, menos clientes y más gastos”, explicó.
Alcoba señala que cada vez tienen menos demanda porque hay menos clientes, ya que vienen pocos turistas a la ciudad debido a los precios de los billetes, sin dejar de lado que la frontera está cerrada y se vive con el consumo interno que bajó en agosto por las vacaciones.
Confían que este mes mejoren las ventas al terminar las vacaciones y estar la ciudadanía en Melilla.
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