A un día para la Navidad, la sexta ola se siente con fuerza en la ciudad. Melilla registra casi el doble de casos activos que hace un año y desde el Colegio de Médicos alertan de la presión hospitalaria que vive el Comarcal.
Pero también es cierto que hay una variante distinta entre las navidades del 2020 y de 2021. Hace un año, la ciudadanía no estaba vacunada y, este año, el 78 por ciento de la población diana está inmunizado contra el coronavirus. Y también se están aplicando las primeras dosis de la vacuna a los niños entre 5 y 11 años.
Las diferencias entre estas navidades y las anteriores son grandes. Hace 365 días la población no estaba vacunada contra el covid y se impusieron restricciones a la hora de reunirse con la familia durante las comidas del 24, 25, 31 de diciembre y 1 de enero. El número máximo de personas que podía haber era de seis, como mucho de dos grupos de convivencia, y además, estaba vigente el toque de queda. Este año no hay limitaciones a la hora de reunirse para las fiestas, pero sí recomendaciones por parte de las autoridades sanitarias.
En paralelo, el Gobierno central aprobó nuevamente la obligatoriedad de la mascarilla en espacios exteriores, una norma que se había levantado este verano y cuya recuperación se ha estipulado a causa del repunte de contagios que estamos sufriendo en las últimas semanas.
Aunque cada vez tengamos más libertad por la flexibilización de las normas de prevención sanitaria, todavía estamos conviviendo con el coronavirus. No es momento de relajarse, sino de extremar las medidas para evitar contagiarnos de covid-19.
El 24 y 25 de diciembre son fechas de reunión familiar. Por eso, hay que ser prudentes, recordar que seguimos viviendo en una pandemia y ser responsables para cuidar nuestra salud y la de los demás.
La situación es delicada, no podemos permitirnos el colapso de la Sanidad de nuestra ciudad y todos debemos hacer el esfuerzo de colaborar desde nuestro ámbito para que esto no suceda.