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El acusado de esa intimidación se expone a una pena de un año de cárcel y a una orden de alejamiento
“De esta casa no me marcho. O te mato a ti o me mato yo”. El hombre que supuestamente dirigió estas palabras a su esposa se enfrenta a una pena de un año de prisión acusado de un delito de amenazas en el ámbito familiar.
Los hechos descritos tuvieron lugar el pasado día 11 sobre las 15:00 horas y fueron enjuiciados anteayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla.
El acusado declaró a preguntas del Ministerio Fiscal que llevaba tiempo sin vivir en el hogar familiar porque su mujer le había echado de casa. “¿No le dijo: eres una puta, una cualquiera, esa vestimenta no es para una musulmana, tendrías que ir con burka?”, le preguntó la fiscal. El inculpado negó haber pronunciado esas palabras y se limitó a afirmar: “Yo quiero vivir con mis hijos y mi familia a toda costa”.
Acusación particular
La denunciante llevó asimismo abogado propio al juicio. El letrado le preguntó al acusado si había tenido una discusión “fuerte” con la empleada de hogar, que se encontraba entonces en la casa. “No, fue sencilla”, replicó. “¿Por qué discutió con su cónyuge entonces?”, repreguntó el abogado, a lo que el denunciado manifestó que su esposa intervino cuando la asistenta le dijo “que abandonara la casa”.
Defensa del acusado
Tras ello, turno para las preguntas del abogado defensor, quien quiso saber quién le abrió la puerta al acusado. “Mi hijo mayor”, contestó éste. Acto seguido, según su versión, el inculpado le dijo a la empleada que se fuera de casa, pero entonces intervino su mujer y le dijo que quien tenía que irse era él.
“No hay ninguna sentencia que me obligue a irme de mi casa”, proclamó el denunciado. Así, afirmó que se fue a su habitación a dormir y que lo despertaron agentes de Policía, que habían sido llamados por su esposa.
Testigo perjudicada
La supuesta víctima de las amenazas testificó a continuación y afirmó que su cónyuge estaba “muy agresivo”. Asimismo, confirmó las amenazas e insultos que había mencionado la fiscal.
“¿Lo ve capaz de cumplir las amenazas?”, le preguntó su abogado, a lo que ella respondió de forma afirmativa.
También prestó declaración la empleada de hogar, quien dio la razón a la denunciante.
Aparte del año de cárcel por amenazas, la fiscal reclama para el acusado una orden de alejamiento a más de 200 metros durante dos años por los insultos proferidos.
La defensa, en cambio, pide la absolución al ver contradictoria la declaración de la denunciante.