La Audiencia Nacional ha decretado el cierre de la causa por el asesinato de los jóvenes Emin y Pisly a manos de la Marina Marroquí. Un decisión que supone el cierre definitivo por parte de España del escandaloso caso y que es un portazo a la investigación de la muerte de los jóvenes.
El pasado octubre, el magistrado había ordenado la busca y captura de los presuntos asesinos de los jóvenes melillenses, en base a un documento que la propia familia había aportado. Ahora, la Fiscalía no da validez a dicha información y da por finiquitada la investigación.
No se entiende la dejación en este caso. Si la Fiscalía duda sobre la veracidad de estos documentos podría solicitarlos a Marruecos y así mantener abierto el proceso, pero prefiere desentenderse de la persecución de un delito que acabó con la vida de dos melillenses.
La decisión adoptada ayer supone un varapalo para las familias de Emin y Psisly, que después de años de lucha habían visto un punto de esperanza con la petición de búsqueda de los supuestos asesinos, pero que ayer recibían la peor de las noticias.
Para el ciudadano de a pie es muy difícil entender la decisión adoptada y la indefensión en la que quedan estas familias, a las que nadie ha querido defender desde que sucedieran los fatales acontecimientos. Ni desde las instituciones públicas ni desde la Justicia han encontrado el apoyo que se esperaría ante la muerte de dos ciudadanos españoles a manos de, supuestamente, militares marroquíes. Que no se defienda a los ciudadanos ante tales desmanes de un tercer país no puede calificarse más que como escándalo y vergüenza.