MELILLA registra un nuevo fallecido por coronavirus. Es la segunda muerte en las últimas 48 horas y la octava víctima de la pandemia en lo que llevamos de mes. Ocurre además en un día en que se han detectado 81 nuevos casos de coronavirus y 75 personas curadas.
La sexta ola de la pandemia no da tregua a Melilla. La ciudad está cerca de los 700 casos activos de coronavirus y la presión hospitalaria crece con el paso de los días.
A las puertas de celebrar la Nochevieja, una fecha de reuniones y encuentros familiares, es necesario que prime la prudencia y la cautela para proteger a nuestros parientes. En Melilla, los test de antígenos escasean en las farmacias, lo que limita la posibilidad de hacerse una prueba en casa antes de reunirse en familia.
La experiencia indica que después de las festividades se produce un aumento de los casos por lo que es de esperar que con el nuevo año la situación epidemiológica empeore.
Para minimizar los contagios es importante que todos cumplamos las recomendaciones sanitarias durante estos días.
Deben evitarse las situaciones de riesgo, no acudir a reuniones multitudinarias y en caso de celebrarse, usar la mascarilla, mantener la distancia de seguridad y si el encuentro es en un espacio cerrado, ventilar.
Además, hay que ser responsable a la hora de decidir si se acude a alguna de estas reuniones. Si tenemos algún indicio de poder estar infectados quedarse en casa es la mejor de las medidas posibles. Hay que primar la salud sobre otras consideraciones si queremos que esta sexta ola de la pandemia termine lo antes posible.
Si no somos capaces de doblar la curva de contagios en las primeras semanas de 2021 se van a tener que imponer una nueva serie de medidas restrictivas, con las consecuencias negativas que esto tendría para el proceso de recuperación económica. Decretar un nuevo toque de queda o endurecer las limitaciones de aforo sería una muy mala noticia para la hostelería y el comercio, que aún no han levantado cabeza.
Es necesario hacer un esfuerzo durante los días que vienen. Debemos ser realistas y aceptar que la situación que atravesamos es crítica y que necesita de la colaboración de todos si no queremos que empeore. Nos seguimos jugando mucho.