Ayer, supimos que entre los meses de julio y noviembre, el Ingesa no ha reportado la curación del 485 pacientes de coronavirus, con lo que la cifra de positivos activos con la que se ha venido trabajando durante este tiempo no es la correcta. Por lo visto, se ha estado dando el alta a pacientes sin que se registrara de manera correcta y al repasar los datos, el servicio que dirige Omar Haouari, se ha encontrado con este desbarajuste en los datos.
Se trata de una negligencia gravísima, ya que las decisiones respecto a las medidas que había que tomarse para detener la expansión del virus no se han hecho con los datos reales de contagios en la ciudad y se ha tenido a la ciudadanía equivocada respecto a la realidad de la pandemia.
Desde el inicio de la crisis sanitaria ha habido un grave problema a la hora de conocer los datos en lo referente a la evolución de los contagios. En ocasiones se ha informado de fallecimientos a través de las redes sociales de la Ciudad, mientras que en el caso de otras muertes no se ha hecho y se ha esperado a la publicación del balance diario. Un informe que se ha publicado cada día a una hora indeterminada, entre las 11:00 y las 15:00 horas, excepto durante el tiempo en que se decidió no informar los fines de semana, decisión que luego fue revocada. Ha existido también un desfase de hasta dos muertos respecto a las cifras publicadas por el Ministerio de Sanidad y la información de los contagios ha aparecido filtrada en redes sociales con horas de antelación a la comunicación oficial. Un sin fin de disparates que ha generado una situación caótica que ahora se remata con la curación ‘espontánea’ de casi 500 personas.
Nos encontramos en la crisis más grave que se ha vivido en mucho tiempo y este tipo de errores no deben suceder. No es de recibo que se tenga a la ciudadanía tan desorientada en un momento tan crítico como el que atravesamos. Los responsables deben dar explicaciones a la opinión pública y rendir cuentas de inmediato.