El instituto tiene repartidos a sus alumnos en tres edificios diferentes. Los sindicatos denuncian que hay clases construidas en huecos de escalera
Cuando una persona elige un producto con la etiqueta de ‘tres en uno’, paga un extra, pero se supone que la compra le saldrá económica porque le servirá, al menos para tres cosas diferentes. Pero esta regla, que se aplica para un limpia hogar, no se puede extrapolar a temas educativos. El IES Virgen de la Victoria es un ‘tres en uno’. Es un instituto repartido en tres centros diferentes. Los alumnos de primero y segundo de la ESO están el edificio entre la Escuela de Arte Miguel Marmolejo y la iglesia de la Medalla Milagrosa. Otros grupos de Secundaria están en el ala de la izquierda de la Escuela de Arte y también hay estudiantes del IES Virgen de la Victoria en el Centro de Formación Profesional Reina Victoria Eugenia que está fuera del barrio, en concreto, frente a la Comisaría de la Policía Local. Los beneficios que obtiene una persona al comprar un producto ‘tres en uno’, no los tienen ni los alumnos ni los profesores del IES Virgen de la Victoria por mucho que tengan tres edificios, pues desde hace doce años viven en aulas prestadas a las espera del nuevo instituto de Jardín Valenciano, donde esperan poder reunir a todos los estudiantes bajo un mismo techo.
Pero, ¿qué significa tener un centro dividido en tres edificios diferentes? Los sindicatos explican que en la Escuela de Arte el espacio cedido al Virgen de la Victoria es reducido. De hecho, hace unos años se tuvo que construir más aulas y una de ellas está en el hueco de una escalera y otra en un vestuario. Los representantes de los docentes señalan que estas clases “no cumplen con los requisitos mínimos de higiene y salud laboral”.
Ni un patio para todos
A la hora del recreo la cosa se complica. Los alumnos del Virgen de la Victoria que están en la Escuela de Arte coinciden con la salida de algunos grupos de estudiantes más mayores, y en más de una ocasión se han producido enfrentamientos entre unos y otros. Son muchos alumnos en muy poco espacio, afirman los sindicatos.
Pero no sólo en este edificio tienen que hacer encaje de bolillos para planificar los horarios de los recreos. En las aulas que están situadas cerca de la iglesia tienen que repartirse en varios grupos para disfrutar del aire fresco en esos minutos de descanso. Un grupo de primero de la ESO se queda en la parte de patio que hay junto a las aulas. Otras tres clases hacen fila para caminar a pocos metros donde, tras una puerta, encuentran en campo de fútbol sala en el que pasar estos 20 minutos. Ni si quiera en este edificio ‘propio’ tienen un lugar lo suficientemente grande como para acoger a todos los alumnos de un curso.
Y cuando llega la hora de Educación Física, los escolares no tienen muchas opciones. Sólo pueden ir a las pistas deportivas municipales cercanas. También a este instituto le afecta la elevada ratio de alumnos. En una clase de Bachillerato llegan a los 38 estudiantes por clase y en la ESO hay cursos con 33 adolescentes por aula.
Los sindicatos de Educación aseguran que a pesar de las malas condiciones de las clases, de repartir a los alumnos en tres centros y de no contar con pistas deportivas propias, los profesores de este instituto han conseguido que sea una referencia para el resto.
Por otro lado, ‘el tres por uno’ del IES Virgen de la Victoria deja a la Escuela de Arte sin poder utilizar un gran espacio de su propio edificio. Así no pueden crecer ni los bachilleratos de arte ni los cursos de Formación Profesional (FP). También tiene este ‘problema’ el Reina Victoria Eugenia. Es un centro integrado de FP, pero no se pueden abrir más cursos de grado medio o superior porque no hay espacio. Necesitan las aulas que ocupan los alumnos del IES Virgen de la Victoria.
Protestas a diario
Los representantes de los maestros se concentraron ayer, una vez más, frente a las puertas de la Escuela de Arte, donde hay parte de las aulas del IES Virgen de la Victoria para protestar por la falta de colegios e institutos. Ricardo Jimeno, de CCOO, aseveró que este centro es el arquetipo de la ratio “disparada” que hay en los centros y de la necesidad de que se construyan nuevos cuanto antes.
También respondió al director provincial de Educación, José Manuel Calzado, que afirmó el miércoles que no era necesario que los sindicatos se manifestaran todas las semanas para exigir la construcción de un nuevo instituto. Jimeno señaló que no sólo es necesario salir cada semana a hacer esta reivindicación, sino que deberían hacerlas a diario. El sindicalista destacó que necesitan más que palabras y promesas de que se van a construir nuevos centros educativos. Aseveró que la primera piedra del Jardín Valenciano se ha puesto ya dos veces en los últimos años y aún no hay nada construido en esta zona, de ahí, que mantengan las declaraciones de Calzado y los compromisos del Ministerio en cuarentena.