Estaba pensando en cambiar hoy el nombre de mi sección y titularlo ‘La Diana de luxe’ en un juego de palabras con el inefable programa de Tele 5 que airea las miserias ajenas como un teatrillo posmoderno de ese nuevo género televisivo bautizado por su presentador, Jorge Javier Vázquez, como ‘neorrealismo’. La razón la pueden imaginar: En nuestra política local los mensajes vía sms también se han convertido en parte del escenario público, y no es de extrañar a la vista de lo que reflejan y representan.
Ayer, desde el PSOE local intentaron desacreditarme. El crédito y la fiabilidad es el mayor capital de un periodista respecto de sus lectores. Me acusaron de ser utilizada por el Gobierno Imbroda para “mentir sobre la información u opinión” que se da por el PSOE.
La acusación cae por su propio peso porque jamás que yo recuerde –y creo que no me falla la memoria- desde el PSOE se me ha solicitado una aclaración o rectificación por alguna trasmisión imprecisa de alguna opinión o noticia que el mismo partido o sus dirigentes hayan emitido públicamente. Por tanto, mal puedo “mentir sobre la información u opinión” que se da desde el PSOE.
El ataque a mi ejercicio profesional tiene sin embargo un por qué, estrechamente relacionado con una afirmación que realicé el día anterior en esta misma sección, respecto de un mensaje, vía sms, enviado por Amín Azmani al presidente de la Ciudad para, prácticamente, retractarse de unas declaraciones previas en las que el aludido Azmani tachaba a Juan José Imbroda de instigador de los disturbios violentos del pasado martes en la Cañada de Hidúm.
Mi referencia al mismo era tangencial pero servía para ilustrar el fondo del comentario, cuyo sentido general pasaba por un análisis sobre el porqué de esos disturbios y los riesgos de los desequilibrios sociales que se dan en nuestra ciudad.
En el mensaje, que pude comprobar, Azmani venía a decir. “Presidente, en privado, te transmito que mis declaraciones de esta mañana pertenecen al ámbito político y no personal y que no las realicé según mi libre criterio”.
Con independencia de la lectura que puede hacerse del mismo, respecto de la falta de libertad con que, según se deduce, se pronuncía alguno de los diputados socialistas locales en beneficio de los dictados de su partido -aunque discrepen de los mismos o no los compartan-, no me centré en ese aspecto, que me parecía secundario frente al asunto principal que quería abordar en mi ‘Diana’, tal cual eran los disturbios y como digo el porqué de los mismos, así como la forma en que se había reaccionado ante ellos desde el PSOE local.
A pesar de ello, el Partido Socialista inició ayer su rueda de prensa con un desmentido respecto de la existencia del mismo sms y de paso una recomendación de su secretario general para que la que suscribe, además de no “mentir sobre la información u opinión” que vierte su partido, sea “más cuidadosa antes de querer poner en evidencia a un diputado del Grupo del PSOE en la Asamblea”.
Basta leer mi Diana del día anterior para comprobar que no lo hice, puesto que no fue en ese aspecto del mensaje de Amín Azmani en el que me centre, sino en un análisis general de los conflictos sociales que me parecía de mayor interés para el conjunto de los melillenses. Aún así se me critica y se me pide que sea más cuidadosa, poniendo en tela de juicio mi praxis como periodista.
Como expliqué personalmente a Amín Azmani, si no le llame para contrastar la existencia del mismo smes es porque tenía certeza absoluta de que desde su móvil se había enviado un mensaje del tenor comentado. Por tal motivo, y porque no elevé el susodicho mensaje a la categoría de noticia ni de asunto en el que centrar mi artículo, no consideré necesario recabarle una explicación respecto del mismo. Tenía más que contrastada y comprobada su existencia en los extremos que aquí comento.
Por tanto, no agradezco el consejo del secretario del PSOE porque soy tan cuidadosa como conocedora de cuáles son las consecuencias de mi proceder cuando es equívoco o incurre en error nefando. Los periodistas somos responsables de lo que escribimos y respondemos civil y penalmente de nuestras extralimitaciones si incurrimos en ellas. Llevo más de 25 años viviendo de esta profesión y sé del valor del crédito para un profesional de la Prensa, por lo que valoro en su justo término el cariz de la crítica que el secretario general del PSME me dirige.
Lamento que este asunto me obligue hoy a no profundizar en cuestiones que posiblemente interesen más a los ciudadanos, pero creo que quien me lea podrá permitirme que ejerza mi derecho a defenderme.
En cuanto a Amín Azmani, si como dice él no ha enviado ese mensaje, le acnsejo que presente una denuncia para descubrir al autor porque alguien de algún modo lo hizo en su nombre.