Entró en una tienda en El Real para comprar unas cervezas y se llevó una cabina telefónica.
Después de una noche de fiesta, un joven melillense entró en un recreativo de El Real para comprar unas bebidas y de forma sorpresiva arrancó de cuajo un teléfono público que había allí instalado. La metió en el coche en el que viajaba con otras dos personas y se fue del lugar. Esa noche de fiesta, ocurrida en agosto de 2011, ha concluido con 6 meses de prisión y el pago de una indemnización de 450 euros por un delito de hurto.
En el juicio, el acusado dijo no saber por qué arrancó de cuajo el teléfono, quizá porque le parecía algo “divertido” en ese momento. El empleado del establecimiento reconoció al joven como la persona que entró aquella madrugada, compró dos cervezas y arrancó el terminal telefónico con algo más de 70 euros en la caja. Este dinero fue recuperado porque el ladrón fue detenido en el Hospital Comarcal al que acudió por un corte en el brazo.
Dos amigos, absueltos
En el coche viajaban otros dos jóvenes con los que se había encontrado en el Puerto Noray esa noche de fiesta. Ambos han sido absueltos, puesto que no participaron en el robo de la cabina telefónica.
De hecho, uno de ellos dijo en el juicio que, al ver a su amigo poner la cabina dentro del asiento trasero, se enfadó mucho con él y se fue a su casa. La sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal nº2 no es firme y contra ella cabe recurso de apelación ante la Audiencia.