El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino ha financiado la edición de la Agenda 2011 del Plan de Acción para la Recuperación de la foca monje en el Atlántico Oriental, una publicación que contribuye a difundir las iniciativas que se están llevando a cabo para identificar las amenazas que sufre esta especie marina y establecer las medidas necesarias para mitigarlas.
La foca monje del Mediterráneo (monachus monachus) es uno de los mamíferos más amenazados de extinción del mundo, con una población inferior a los 500 ejemplares repartidos por el mar Mediterráneo y el Atlántico oriental, en pequeñas poblaciones fragmentadas y aisladas entre sí.
Historia
En 1998 se estimaba que sobrevivían alrededor de 120 individuos en la zona del Atlántico oriental, localizados en las costas de la península de Cabo Blanco en Mauritania y Marruecos y en el Archipiélago de Madeira.
En España, la foca monje está considerada en peligro de extinción. Actualmente, su presencia es ocasional, habiendo dejado de reproducirse desde mediados del siglo pasado. En particular, todavía se observan algunos ejemplares en las islas Chafarinas cercanas a Melilla, en Baleares en Menorca, y en las islas Canarias, sobre todo en Lanzarote y Fuerteventura, donde ocasionalmente aparecen ejemplares, probablemente procedentes de la vecina colonia de Madeira.
Iniciativa para salvarla
Ante esta situación, en el año 2000 los cuatro países del área de distribución de la especie en el Atlántico, esto es, España, Marruecos, Mauritania y Portugal, comenzaron a desarrollar el Plan de Acción para la Recuperación de la foca monje en el Atlántico Oriental, suscrito en el marco del Convenio de Conservación de Especies Migratorias (CMS/UNEP).
Dicho Plan de Acción, que está coordinado por la Dirección General de Medio Natural y Política Forestal del MARM en colaboración con la Secretaria del Convenio de Animales Migratorios Amenazados o Convenio de Bonn, se estructura en seis grupos de acciones, siendo el primero el establecimiento de mecanismos para coordinar, actualizar y financiar las estrategias y acciones; el segundo la supervisión y vigilancia del estado de la población, hábitat y problemas que afectan a la especie; y el tercero la reducción y minimización de los factores de mortalidad.
Además, se pretende el reforzamiento del nivel de protección de la especie y su hábitat, la información, sensibilización, participación y apoyo social; y la elaboración de planes de acción específicos para situaciones de emergencia.
Acciones
En este contexto, una de las principales actuaciones del Plan de Acción ha sido la creación de una Red de Zonas Especiales de Conservación para la foca monje (ZECFM), conformada por reservas marinas y costeras existentes de los cuatro países firmantes.
La progresiva aplicación del Plan de Acción durante la última década está dando resultados positivos, ya que tanto la población de la península de Cabo Blanco como la del Archipiélago de Madeira se hallan en claro proceso de recuperación y expansión geográfica, estimándose en 200 y 40 los ejemplares de cada colonia, respectivamente.
De cara al futuro, los cuatro países firmantes de este Plan de Acción trabajan de manera coordinada con el objetivo de sacar a la Foca Monje de la categoría de especie en peligro de extinción y recuperar su distribución por aguas de la costa oeste de Marruecos y Mauritania, las islas Canarias y las de Madeira.
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