l El equipo azulino se adelantó en el marcador por mediación de Chota y desaprovechó ocasiones claras para sentenciar el partido l Los locales empataron a falta de 15 minutos y sentenciaron en el tiempo añadido. El Atlético Sanluqueño, único equipo que no había puntuado en las dos primeras jornadas, estrenó su casillero con una victoria agónica ante el Melilla en un partido donde, a falta de un cuarto de hora para el final, iba perdiendo por 0-1.
Los locales salieron enchufados al partido ante un rival que no daba un balón por perdido y, prueba de ello fue que vio su primera tarjeta amarilla del encuentro en el primer minuto de juego. Fue clave porque sería la primera amonestación de Bolaños, que vería la segunda posteriormente siendo expulsado. Los melillenses se sacudieron el dominio andaluz. Así, en el minuto siete estuvo a punto de establecer el primer gol el equipo visitante a través de David Vázquez, que cabalgó hacia la portería contraria pero envió el esférico por encima de la portería defendida por Ramón.
El Atlético Sanluqueño no se acercaría hasta el minuto doce cuando Miguelito, dentro del área, mandaba el balón cerca del poste. De todos modos, los norteafricanos se soltaron y repetirían, casi de forma consecutiva, la misma jugada. Fran Miranda y después Sufian, con sendos certeros disparos por bajo, quisieron sorprender al guardameta Ramón sin éxito.
El encuentro se convirtió, entonces, en un ida y vuelta. El peligro era constante. En el minuto 28, el equipo verdiblanco gozaría de una manifiesta oportunidad de gol. Desde la izquierda, Óscar Silva servía a Miguelito que, en una posición ideal para rematar, lo hacía bastante flojo. Los locales, aún así, eran frágiles en la parcela defensiva. Respondería el Melilla cuando Chota intentaba rematar a gol pero Dani, muy rápido, se interpuso en su camino. Una ocasión muy similar se produjo en el minuto 36 pero en área contraria. Salvi asistía a Villafañe y Pepe, providencial, evitaba el disparo del delantero local.
Entrábamos en una fase del encuentro donde el gol amenazaba con llegar. En una nube de defensas, el Melilla estuvo a punto de sacar tajada de un barullo. Fue justo antes cuando, en el minuto 41, Chota remataba a placer por bajo una jugada entrelazada azulina ante la indecisión de la retaguardia gaditana. David Vázquez envió el esférico sobre Migue Montes que ganó la línea de fondo y asistió al goleador melillense que no perdonó ante Ramón al enviar el cuero al fondo de las mallas verdiblancas adelantando a su equipo en el electrónico.
La segunda parte amaneció con muchos nervios del Atlético Sanluqueño. El Melilla gozaría de una doble ocasión. Primero, en el minuto 50, se produce una mala cesión de Dani a su portero que tuvo que emplearse a fondo antes de que llegara Migue Montes. Poco después, el propio Montes, en el 55, protagonizaría una jugada que terminaba haciendo falta a Dani antes de marcar el 0-2.
Pero el partido se le torció a los melillenses a falta de 14 minutos. Todo empezó después de un centro de Mendoza, en unas manos de Bolaños, que veía la segunda amarilla dejando a su equipo en inferioridad. Óscar Silva se encargaba de batir al portero Munir empatando el encuentro. A partir de entonces, se palpaba que cualquiera de los dos conjuntos podía haberse llevado el choque, que ganó en emoción.
Sin ir más lejos, tres minutos más tarde, Manolo para el Melilla se quedaba delante de Ramón que despejaba el balón de forma desesperada. Contestaría el Atlético Sanluqueño cuando Rober dejaba pasar el balón, dejaba solo a Carlos Fernández que daba una patada al aire sufriendo el mal estado del terreno de juego.
Así llegamos hasta el minuto 90 cuando Manolo volvía a encarar a Ramón, que volvía a salir y en el choque el delantero se quedaba tendido. La jugada siguió de tal forma que acabó con una falta que ejecutó Óscar Silva desde la izquierda que cabeceó Carlos Fernández al fondo del portal melillense defendido por Munir estableciendo el 2-1. La explosión de júbilo de la parroquia local contrastaba con la resignación visitante por acometer la jugada con dos hombres menos, repitiéndose la historia de la semana pasada ante la Balompédica Linense cuando el Melilla perdió otro punto en el descuento.
Así las cosas, el fútbol en esta ocasión premió al equipo que menos hizo para sumar los tres puntos en su casillero y castigó de manera excesiva a un Melilla que pudo dejar sentenciado el partido ya en la primera mitad y que gozó de ocasiones para aumentar diferencias en la segunda parte. Pero de nuevo volvió a cumplirse la máxima de quien perdona lo termina pagando, y el conjunto de Juan Moya regresa a la Ciudad Autónoma de vacío tras haber hecho méritos suficientes para no salir derrotado de El Palmar y ante un equipo que se mostró nervioso en defensa y fallón en ataque, que casi todo el peligro que generó lo hizo a balón parado. Precisamente como consecuencia de dos jugadas de estrategia llegaron los goles al casillero de un equipo que aún no había perforado la meta adversaria en las dos jornadas anteriores.