La baja del capitán Mahanan se notó en exceso en la zaga unionista y la apuesta de Juan Moya de retrasar la posición de Fran Miranda del centro del campo a la de central no dio el resultado esperado. Primero porque se perdió consistencia en la parcela ancha en la que Mario Ortiz y Miguel Núñez camparon a sus anchas y, segundo porque el rendimiento del extremeño en la línea de retaguardia distó mucho del que habitualmente ofrece en la medular. Con el 1-2 el técnico melillense corrigió el planteamiento inicial dando entrada a Aloisio en el centro de la defensa y adelantando a Miranda a su posición natural en la que ya no contó con el apoyo de Nando que fue la opción elegida para dar cabida al defensa melillense.
De entrada, la UD Melilla inició el partido con demasiado respeto hacia un rival al que no le hizo falta disputar la posesión de la pelota ya que desde el pitido inicial los locales entregaron el medio a los visitantes. Un equipo que hace precisamente de la gestión del balón su mayor argumento para liquidar los partidos.
Con el ahorro de energía que da el no tener que disputar la pelota el Albacete se dedicó a agotar las reservas de los azulinos con una buena circulación del cuero, y a esperar pacientemente sus oportunidades, ya sea como resultado de su propia cosecha o por errores del adversario, que los hubo. De una forma u otra los de Luis César Sampedro demostraron que tienen mucha pólvora en el ataque donde destacó sobre todos los demás el ex azulino César Díaz.
No se había cumplido el minuto tres de juego cuando Munir ya tuvo que emplearse a fondo para evitar el primer gol visitante tras un disparo intencionado de Jorge Díaz que el meta local envió a córner en una gran estirada. En el otro área Dorronsoro sólo se hacía notar en algunas acciones a balón parado de los locales, siempre con David Vázquez como protagonista. Así, un despeje de puños del portero manchego lo intentó aprovechar Nando desde la frontal pero su disparo se marchó por encima del larguero.
Pasado el primer cuarto de hora llegó el primer gol visitante. César Díaz recibió un balón dentro del área algo escorado, buscó posición de disparo y con la zurda engatilló un obús que se alojó en el portal defendido por Munir. La reacción local tardó cuatro minutos en llegar y en el 21' Fran Miranda dibujó un pase interior para Nacho Aznar que se zafó de su marcador y conectó un punterazo que llevaba marchamo de gol al que Dorronsoro respondió felinamente enviando a saque de esquina.
El Albacete no estaba dispuesto a abandonar su jerarquía y a renglón seguido de nuevo César Díaz estuvo a punto de ampliar diferencias, pero su disparo se marchó junto a la base del palo derecho del portal melillense. De ahí hasta el final del primer acto la pelota tuvo un sólo dueño y ese no fue otro que el otrora “Queso Mecánico”.
El sevillano Mariscal Sánchez, que pasó totalmente desapercibido, decretó el final del primer acto al que se llegó con ventaja visitante.
Tras el asueto, el Melilla salió con nuevos bríos y dispuesto a pelear por la pelota y de hecho en los primeros cinco minutos de la reanudación el balón rondó con más peligro el portal manchego que durante todo el primer acto. Sufian recogió un despeje de Dorronsoro al saque de una falta de David Vázquez y dibujó una vaselina que un defensor sacó sobre la misma raya de gol. Nacho Aznar pisó a continuación el área y disparó muy cerca de la cepa del poste derecho de Dorronsoro y poco después fue Chota el que cabeceó flojo a las manos del arquero visitante.
El Melilla jugaba sus mejores minutos pero Rubén Cruz, en una jugada aislada, puso el susto en el cuerpo al conectar un testarazo que botó en la misma línea de gol tras estrellarse en la parte interna del travesaño.
Pero como suele ocurrir con frecuencia en el fútbol, del posible 0-2 se pasó al 1-1 en el marcador. Guille Roldán envió desde la derecha un preciso centro al segundo vértice del área de meta donde apareció Nacho Aznar, el mejor de los azulinos ayer, para controlar con el pecho y definir con calidad ante la oposición de Dorronsoro que nada pudo hacer por evitar la igualada.
El Albacete, lejos de descomponerse, volvió a hacerse con las riendas del choque y ya no volvería a soltarlas. Así, cinco minutos después de encajar el gol, una buena jugada iniciada por Rubén Cruz acabó con un centro al segundo palo desde la línea de fondo de una pesadilla llamada César Díaz que Calle cabeceó lejos del alcance de Munir tras ganar la posición a su marcador.
No acabó ahí la cosa y siete minutos después, en el 69, llegó la sentencia por mediación del mejor hombre del partido. Un balón largo desde la defensa hacia el flanco derecho lo ganó César Díaz en su pelea con Richi. El de Villamalea se marchó en velocidad del lateral unionista y penetró en el área y ante la pasividad de la zaga azulina resolvió con un disparo cruzado para establecer el definitivo 1-3.De ahí hasta el final el Melilla quiso pero no pudo recortar diferencias a pesar de que Nacho Aznar lo intentó con un par de acciones.
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